En las numerosas disciplinas olímpicas, los atletas deben estar en la mejor condición posible por unos pocos días como mucho, tal vez incluso por solo unos segundos. Cuando han pasado años trabajando por un objetivo y la diferencia entre el primer y cuarto puesto es a veces unas pocas décimas de segundo o un pequeño cambio en la posición del brazo, los detalles son los que hacen la diferencia.
Y son estas diferencias marginales las que el Comité Olímpico de Israel espera conseguir al asociarse con el Instituto de Tecnología Technion-Israel.
En diciembre del 2018, ambos organismos establecieron un centro de investigación dirigido por Alon Wolf, profesor de ingeniería mecánica, para mejorar el desempeño de los deportistas olímpicos israelíes basándose en los modelos estadounidenses y europeos.
Según explica Gilad Lustig, secretario general del comité, Israel debe buscar ventajas comparativas. Como el país no posee una abundancia de atletas profesionales, debe emplear su dominio de la ciencia para que los que están en la cima de la pirámide puedan llegar al siguiente nivel.
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Alon Wolf: "La minería de datos es un campo en el que seguiremos trabajando".
(Elad Gershgoren)
La colaboración entre la institución deportiva y el Technion puede incrementar el rendimiento de los atletas entre un 5% y 10%, lo cual puede ser la diferencia entre llegar y no llegar a las finales, remarcó Lusting.
Tras los Juegos Olímpicos de Río 2016, el comité creó un grupo de apoyo científico para sus atletas, y el Technion pasará a formar parte de este ante los juegos de Tokio 2020.
“El propósito de la colaboración es que la ciencia, innovación y tecnología se integren a los deportes israelíes. En la primera reunión, nos reunimos con investigadores que nos dijeron que deberíamos haber acudido antes a ellos, ya que nos podrían haber asistido en Olimpiadas previas. Nuestro objetivo es preciso: mejorar el desempeño”, agregó.
Es difícil especificar algo único que produzca mejoras, ya que hay muchos factores que contribuyen, según afirma Muli Epstein, científico en jefe del Comité Olímpico Israelí. Si en el pasado el enfoque estaba puesto en el “cuánto” -distancia corrida, peso levantado, u horas de entrenamiento-, en la actualidad está puesto en programas de entrenamiento precisos, monitoreados y personalizados para mejorar el rendimiento el día del evento, agrega.
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“El propósito es que la ciencia, innovación y tecnología se integren a los deportes".
(Technion)
La optimización del entrenamiento requiere elementos tales como la recopilación de datos, chequeos regulares, revisiones, y aprendizaje profundo, los cuales pueden luego ser usados para determinar la intensidad necesaria y la estructura de cada sesión de entrenamiento.
“La minería de datos es un campo en el que seguiremos trabajando. ¿Qué significa esto? Por ejemplo, sé qué es un buen resultado, pero no sé qué factores son responsables. Ahí es donde la matemática y la big data cumplen un papel. Uno diagrama las cosas que contribuyen al resultado deseado y logra tener una mejor habilidad para predecir el curso de acción requerido”, explica Wolf.
El trabajo entre el Technion y el comité ya ha rendido sus primeros frutos. Gur Steinberg, quien entrena al equipo israelí de windsurf, atribuyó a esta colaboración el que su equipo juvenil haya logrado cumplir en agosto con los requisitos olímpicos requeridos para clasificar.
Otros deportes en los que los investigadores del Technion se enfocan son escalada de roca, levantamiento de pesas, y bicicleta.
Un campo que está siendo cada vez más estudiado es la rehabilitación de lesiones. “Un atleta olímpico puede venir a nuestro laboratorio, colocarse sensores, y revisaremos su biomecánica, sus patrones de movimientos, su fuerza, sus ángulos, y demás. Entonces podemos recomendar una modificación en los patrones de movimiento, o ayudar a que cambie su técnica. Podemos aprender mucho al ver cómo un atleta salta, y ver las posibilidades de que sufra lesiones específicas”, afirma Wolf.
First published: 16:59, 13.10.19
