Entre las 45 personas que murieron durante la celebración de Lag BaOmer en el monte Meron, la semana pasada, se encontraba el rabino Moshe Tzarfati, de 65 años, quien actuó como mentor espiritual y figura paterna para muchos soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Durante años, Tzarfati se desempeñó como oficial en las FDI, donde más tarde también se ofreció como voluntario como parte de la organización Netzach Yehuda para ayudar a los jóvenes ultraortodoxos que eligieron alistarse en las FDI. Le sobreviven su esposa, cuatro hijos y 25 nietos.
Cientos de personas acompañaron a Tzarfati en su último viaje al cementerio Sanhedria, en Jerusalem, el domingo. “Era un hombre grande y fuerte, tanto física como espiritualmente”, dijeron los graduados del batallón Netzach Yehuda, donde Tzarfati se ofreció como voluntario.
“Acompañó a los soldados durante varios años”, agregó su hijo Shai. "Trabajó para la organización Netzach Yehuda y fue su rabino", añadió en la despedida.
“Le encantaba ser voluntario, amaba a los soldados, amaba la vida. Era un hombre joven con el cuerpo de un hombre de 60 años", agregó luego, emocionado.
3 צפייה בגלריה
El rabino Tzarfati se ofrecía a menudo como voluntario para ayudar a los soldados de las FDI.
(Gentileza familiar)
Oshri, un amigo de Tzarfati de Jerusalem, habló de un hombre lleno de felicidad que buscaba difundir la alegría dondequiera que iba. "El rabino Moshe tenía un corazón de oro y amaba mucho a Israel", dijo. "Siempre hacía bailar a la gente, siempre buscando traer alegría, siempre lleno de amor por todas y cada una de las personas", agregó.
Joseph Singer, quien se alistó en el batallón Netzach Yehuda en 2005, recuerda bien al rabino Tzarfati. “Era una figura paterna. Venía y daba vida a los soldados que estaban bajo presión y estrés. Buenas palabras, comida, atención. Cosas de las que carecían los soldados", recordó.
“Él los cuidaba y les daba esperanza. Le daba a la gente aire para respirar. Exactamente el aire que no tuvo en el terrible desastre”, agregó Singer.
Kobi, quien se alistó en 2006, recuerda cómo Tzarfati solía visitar el batallón con regularidad. "Hablaba con los soldados, les traía refrescos. Él y otros rabinos de la organización acompañaban a los soldados y les daban lecciones. Intentó animarnos a todos".
