No fue sino hasta que su hija Liel, de 10 años, terminó en el hospital con COVID-19, que Batel Dubinsky cambió de opinión sobre la necesidad de vacunarse. El coronavirus dejó a Liel en estado crítico, e incluso tuvo que ser colocada en una máquina de ECMO para el corazón y los pulmones y poder mantenerla con vida.
Dubinsky admite que se opuso a la vacuna porque se sentía obligada a recibir y la dosis y además porque confiaba en la información que llegaba a su cuenta de Facebook.
"Cambié de opinión cuando Liel estuvo enferma y después de conversaciones con expertos médicos y personas que se habían recuperado de la enfermedad", cuenta.
"No sé cómo se infectó Liel", dice Dubinsky. "Fuimos muy cuidadosos y ella nunca salió sin su máscara. También me aseguré de usar una máscara y cuando dio positivo por el virus fui rápidamente a vacunarme. Pero llegué demasiado tarde y ahora estoy infectada y en cuarentena en casa", añadió Batel.
Dunbinsky dice que Liel comenzó a sentirse enferma el 13 de febrero, quejándose de dolor de garganta y dolor de cabeza. "Estábamos seguros de que era sólo un resfriado o una gripe", cuenta la mamá de Liel. "Solo para estar seguros, la llevamos a una prueba de coronavirus y nos dijeron que estaba infectada", agregó.
Al principio, la familia trató a su hija en casa, trayendo a un médico privado que le suministró un tanque de oxígeno para ayudarla a respirar.
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Integrante del personal de salud se prepara para administrar la vacuna contra el coronavirus en Hod Hasharon.
(AFP)
"Nos dijo que intentáramos mantenerla fuera del hospital para evitar que sufriera algún trauma", señaló Batel; "pero el 20 de febrero nos despertaron en la noche sus gritos pidiendo ayuda mientras luchaba por respirar. Tenía miedo de ir al hospital, pero le explicamos que su situación era grave y la llevamos al Centro Médico Kaplan en Rehovot".
"Mi hija es una luchadora y se lo dije. Le dije que estaría bien", dice Dubinsky.
Hoy, una Liel recuperada está detrás del impulso de su madre para que todos se vacunen.
"Ella me dijo que le dijera a la gente que debe vacunarse", cuenta Dubinsky. "Dijo que la gente debería conocer su historia y que espera que pronto también haya vacunas para los niños".
