Bar mitzvá en el Muro de los Lamentos.
Bar mitzvá de sobrevivientes del Holocausto en el Muro de los Lamentos.
Dudi Saed
Abraham Elster celebra su bar mitzvá en el Muro de los Lamentos.

Alegría tras el horror: bar mitzvá de sobrevivientes de la Shoá en el Muro de los Lamentos

"Huíamos de los nazis y sólo intentábamos sobrevivir. ¿Quién pensaba en un bar mitzvá?" dijo Abraham Elster, de 83 años. Ayer, este bisabuelo de 11 bisnietos tuvo el privilegio de celebrar, junto con otros sobrevivientes, la ceremonia que le fue robada por los nazis. "Este es un gran día para mí", expresó.

Gilad Cohen - Adaptado por Leandro Fleischer |
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Abraham Elster tenía solo cinco meses cuando su familia comenzó a huir de los nazis en Polonia, y cumplió 13 años poco después de emigrar a Israel. Atravesó por una dura infancia plagada de penurias y llegó hasta Siberia. Elster señaló que no pudo celebrar un bar mitzvá debido a que él y su familia estaban “en constante supervivencia". Pero ayer (lunes), a la edad de 83 años, parado frente al Muro de los Lamentos con una Torá en sus manos, pudo llevar a cabo la celebración que se perdió en su juventud.
Elster y otros nueve sobrevivientes del Holocausto, que como él nunca habían celebrado su bar o bat mitzvá, acudieron cantando al Muro de los Lamentos. Los hombres se colocaron los tefilín y subieron a la Torá uno tras otro, en un evento al que asistió el rabino del Muro Occidental. Las mujeres celebraron su bat mitzvá con bendiciones y canciones. El evento fue organizado por el Museo Amigos de Israel, fundado por el autor cristiano-sionista, el doctor Mike Evans, en colaboración con la asociación Yad Ezer LaHever, dedicada a la asistencia de sobrevivientes del Holocausto.
(Sobrevivientes de la Shoá celebran su bar mitzvá en el Muro de los Lamentos)
"Celebrar un bar mitzvá me relaja, y hoy he vuelto a ser un niño de 13 años", manifestó Elster. "Este es un gran día para mí. Nunca pude experimentar un bar mitzvá, sólo experimenté una huida constante durante la Segunda Guerra Mundial, y atravesé por momentos de hambre severa", añadió.
A la edad de cinco meses, la vida de Elster se salvó cuando sus padres huyeron de Polonia.
"Vivíamos huyendo"
A la edad de cinco meses, su vida se salvó cuando sus padres huyeron rápidamente de Polonia y lo dejaron por error con su abuela. “Mientras escapaban, mis padres se preguntaron: '¿Dónde está el bebé?' Pero el cochero no quería regresar. Sin embargo, después de que mis padres le insistieran, el cochero volvió y mis padres me llevaron”, relató Elster.
"Después de la guerra, mi padre quería regresar con su familia que se había quedado en el pueblo, pero supo que inmediatamente después de que mi abuela me entregara a mis padres, ella y mi abuelo fueron asesinados por los nazis. Solo nosotros sobrevivimos", señaló.
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Bar mitzvá en el Muro de los Lamentos.
Bar mitzvá en el Muro de los Lamentos.
Abraham Elster celebra su bar mitzvá en el Muro de los Lamentos.
(Dudi Saed)
Elster contó que la familia huía constantemente y vagó de un lugar a otro "sin nada" hasta llegar a la frontera rusa. "Fue difícil. Escapamos de los nazis, nos escondimos y estuvimos todo el tiempo ocupados en sobrevivir día a día hasta que arribamos a la frontera, y luego fuimos a Siberia. Pasamos por un sufrimiento terrible allí. Al final, en 1950, logramos emigrar a Israel desde Uzbekistán”, recordó.
La vida en Israel no fue sencilla para la familia. "¿Quién pensaba en celebrar un bar mitzvá en ese momento?", expresó. Sin embargo, hoy en día, siendo bisabuelo de 11 bisnietos, afirmó: "Volvimos a los días perdidos. Antes no pude celebrar un bar mitzvá. Pero es más fácil en este marco".
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Bar mitzvá en el Muro de los Lamentos.
Bar mitzvá en el Muro de los Lamentos.
Uno de los sobrevivientes que pudo celebrar su bar mitzvá en el Muro de los Lamentos tras el horror de la Shoá.
(Dudi Saed)
Para el evento en el Muro de los Lamentos, Elster y sus amigos recibieron de regalo nuevos tefilín. "Regresamos cansados ​​pero llenos de alegría gracias a la ayuda y contribución de Shimon Sabag, de la organización Yad Ezer LaHaver. Él se preocupó por nosotros, por aquellos que no hicimos un bar mitzvá", sostuvo.
Los sobrevivientes se alojaron gratuitamente en una casa de huéspedes establecida por el doctor Evans en el Museo de Amigos de Israel.
Un nuevo hotel gratuito para los sobrevivientes del Holocausto
Los sobrevivientes de la Shoá llegaron al evento después de dormir por primera vez en un nuevo proyecto: una casa de huéspedes para sobrevivientes del Holocausto establecida en el complejo del Museo Amigos de Israel en Jerusalem, donde ellos pueden alojarse de forma gratuita. El proyecto, impulsado por el fundador del museo, el doctor Evans, se construyó por un costo de unos 10 millones de shekels (3.074.000 dólares), e incluye siete apartamentos adaptados y accesibles para los sobrevivientes, al nivel de un hotel de cinco estrellas.
El hotel puede alojar hasta 14 huéspedes a la vez y será operado en cooperación con la asociación Yad Ezer LaHever, que coordinará el hospedaje de los sobrevivientes sin cargo. Cerca de 300 sobrevivientes del Holocausto se han inscrito en el proyecto Bar Mitzvá, que se llevará a cabo en los próximos meses, e incluirá una visita a Jerusalem, alojamiento en la casa de huéspedes y la celebración del bar mitzvá en el Muro de los Lamentos.
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Bar mitzvá en el Muro de los Lamentos.
Bar mitzvá en el Muro de los Lamentos.
Bar mitzvá de sobrevivientes del Holocausto en el Muro de los Lamentos.
(Dudi Saed)
En el evento, el doctor Mike Evans se dirigió a los sobrevivientes y expresó: "Ustedes son la luz que ilumina a la humanidad cuando el mundo está oscuro ... Estoy orgulloso y emocionado de acompañar a los sobrevivientes del Holocausto a sus bar y bat mitzvá. No tengo palabras para describir la importancia de esa luz después de las atrocidades por las que pasó el pueblo judío".
El fundador y director ejecutivo de Yad Ezer LaHever, Shimon Sabag, agregó: "Es muy importante que todos los niños celebren su bar mitzvá y todas las niñas su bat mitzvá. Duele que estos sobrevivientes del Holocausto, que entonces eran solo niños, no hayan podido celebrar este importante evento que los nazis les robaron".
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