Después de haber sido gravemente herido en la Segunda Guerra del Líbano, por lo que tuvo que comenzar a recibir asistencia respiratoria artificial y se volvió incapaz de moverse y hablar, Yonatan Levin no quería seguir viviendo. Solo después de años pudo renovar viejos lazos y crear nuevos, entre ellos el vínculo especial con su cuidadora Adva. A través de ella, quien sostiene su mano para poder escribir, puede comunicarse con el resto de las personas. Juntos expresan el mundo interior de Yonatan e intentan cumplir su deseo por el contacto humano.
- Arik, en esta película tú acompañas a Yonatan Levin, quien fue herido en la Segunda Guerra del Líbano. ¿Cómo supiste de esta historia y cómo la muestras en el film?
- Yonatan tiene todo el cuerpo paralizado y de hecho no puede hablar, por lo que su única comunicación es a través de la escritura. Es asistido por un cuidador o una cuidadora que toma su mano y escribe con él. Tiene un músculo en la zona del hombro que puede mover en cierta dirección para poder hacerlo. Conozco a Yonatan desde que teníamos entre 17 y 18 años. Estábamos en un curso de instructores de esgrima en el club Wingate y fuimos compañeros durante algunos años, pero luego dejamos de estar en contacto. Un día me enteré de que había sido herido en la guerra y que estaba en grave estado, y después de un tiempo ni siquiera sabía si estaba vivo. Luego vi su nombre en Facebook, vi que estaba en una silla de ruedas y conectado a un respirador. Lo contacté y nos encontramos. Durante la reunión me ofrecí a hacer una película sobre su vida, porque a eso me estoy dedicando, y quería presentarle una propuesta valiosa para él.
- Lo conoces del mundo del deporte, cuando era una persona con mucha vitalidad. Luego viste a alguien completamente diferente con el que es difícil comunicarse y has hecho una película sobre él. ¿Cómo se puede mostrar en un film el mundo de alguien que no puede expresar lo que siente?
- Realmente la sugerencia inicial fue hacer una película, pero en la segunda reunión dijimos “pensémoslo un poco”, y antes del tercer encuentro pensaba: “¿Cómo voy a realizar este film?”. Tenía dos razones para llevar su vida a la pantalla grande. Una era transmitir de la mejor manera posible la experiencia de vida de Yonatan desde su punto de vista. Y el segundo motivo estaba relacionado con la renuencia social que suele haber a veces para ver a gente en la situación de Yonatan. Entonces decidí dejar todas las preocupaciones de lado para poder ingresar al mundo de él.
- El nombre de la película es “Razón para vivir”. ¿Encontraste una o más razones?
- No quiero hablar sobre lo que se ve en el film, pero puedo decir que es una lucha diaria. No es que Yonatan, como muchos de nosotros, se levanta a la mañana con más o menos motivación para vivir. Sin embargo, él debe enfrentar muchos más desafíos que nosotros en nuestra vida rutinaria.