Durante varios años, la idea de donar un riñón había pasado por la cabeza de Yaron Fogel, de 40 años, residente del asentamiento Eli y padre de cinco hijos. Habló con muchos de sus amigos, preguntó, consultó y dejó que su voluntad desapareciera. Hace casi dos semanas sucedió: Fogel entró en la sala de operaciones y donó un riñón a una persona que no conocía.
"Esto comenzó hace cinco años y siempre se pospuso por diferentes razones. Hasta hace un año y medio, después de una conversación con mi esposa, nos pusimos en marcha", afirma Fogel. "Dije: 'Esto es todo, voy a por ello'”, agrega.
En marzo de 2011, hace poco más de nueve años, Yaron perdió a su hermano Udi Fogel, quien fue asesinado junto con su esposa Ruthy y sus tres hijos en un ataque terrorista en el asentamiento Itamar, en Samaria.
Fogel explica que para no preocupar a sus padres, les informó sobre la operación solo unos días antes de someterse a la misma. "Está claro que todo lo que pasas en la vida te afecta, y tanto mis padres como todos nosotros, atravesamos por una circunstancia que es difícil de describir. Pero ten en cuenta que en la vida el sol siempre brillará. La pregunta es si quieres estar en el lado oscuro y derrumbarte o levantarte y seguir adelante en el lado brillante del sol. El comité del Ministerio de Salud me preguntó qué sucedería si mis padres no aceptaran que yo donara. Respondí que no donaría, pero estaba seguro que aceptarían y me darían su bendición, y así fue", manifiesta Fogel.
- ¿Qué hubiera pensado tu hermano sobre esto?
- Udi era un idealista. No hablamos de eso, pero estoy seguro de que me hubiera dado su bendición y me hubiera dado fuerzas. También estoy bastante seguro de que la idea de donar le habría pasado por la mente.
Yaron atravesó por todo el proceso con el acompañamiento estrecho y dedicado de la organización “Matnat Chaim” (“Don de la Vida”), fundada por el difunto rabino Yeshayahu Heber (Z”L), quien falleció en abril pasado. "La organización no te presiona de ninguna manera. Todo se hace de acuerdo a tus tiempos", expresa Fogel. "Ellos se encargan de darte la posibilidad de elegir o abandonar el proceso en cualquier etapa. Creo que cualquiera puede aportar algo. Dios me dio un cuerpo sano, por lo que lo aprovecho para hacer mi aporte, así como hay personas que tienen una buena capacidad para la educación o para el arte y también otorgan su contribución”.
Después de tomar la decisión comenzó un largo proceso que incluyó decenas de exámenes y comités médicos. El martes, hace una semana y media, Fogel ingresó a la sala de operaciones en el Hospital Hadassah Ein Kerem, en Jerusalem. Poco después, uno de sus riñones fue implantado en el cuerpo de Barak Yifat, de 36 años y oriundo de Tel Aviv. Unas horas después de que Yifat se recuperara de la compleja cirugía, los dos se conocieron por primera vez.
2 צפייה בגלריה
La familia Fogel fue asesinada en un ataque terrorista en Itamar hace nueve años.
( Alex Kolomoisky)
"Esta es una persona que me devolvió la vida", afirma Yifat con entusiasmo. "Sufría de insuficiencia renal y había estado esperando un trasplante durante siete años. La enfermedad afectó mi visión y el dolor había aumentado. Al principio necesitaba dos días de diálisis por semana, y luego incluso alcancé a necesitar una cada cinco días. Es difícil de describir. Cuando me llamaron para contarme sobre la donación me emocioné mucho. Es volver a vivir”, relata.
Yifat no sabía nada acerca del pasado de Yaron. "De hecho, solo unos días después supe que su familia había pasado por una situación tan dura que había conmocionado a todo el país. Conocí a una persona especial, una persona que es muy buena. Incluso sus hijas me dejaron una carta con un chocolate y me preguntaron cómo estaba. No hay mucha gente así. Me dio la vida", dice emocionado.
Yaron explica que la conciencia sobre la donación de riñón está creciendo. "Antes de ir a la cirugía me contactó un amigo que estaba interesado en el proceso de donación y hablamos. El sábado pasado, después de la donación, me escribió para pedirme que nos encontráramos, y fui a su casa. Después de la charla que tuvimos, dijo que comenzaría el proceso", comenta.
"En los últimos meses, hemos visto un aumento muy significativo en el número de consultas y donantes, ya que muchos quieren seguir con el propósito del rabino Heber: eliminar la lista de espera para los trasplantes de riñón", indica Rachel Heber, esposa del rabino, quien continúa con el trabajo de su marido después de enviudar en abril. "Me gustaría agradecer personalmente a todos y cada uno de los muchos donantes, a todos los que se han acercado a nosotros y a los que están atravesando por el proceso”, concluye.
