El sargento Yitzhak Eliezer y su violín en el cruce Rosh Hanikrá.

Música de la paz: el soldado violinista que custodia la frontera con el Líbano

El sargento Yitzhak Eliezer realiza su servicio en el cruce de Rosh Hanikrá, a metros de donde se produjo el histórico encuentro de esta semana entre libaneses e israelíes.

Yoav Zitun - Adaptado por Tom Wichter |
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Cuando finaliza su horario de servicio el sargento Yitzhak Eliezer, de 22 años y encargado de custodiar la frontera del Líbano con un dron, toma su violín y emite melodías que se escuchan de uno y otro lado del límite internacional.
Así lo documentaron diversos medios internacionales que visitaron el cruce de Rosh Hanikrá, sobre la costa mediterránea, en ocasión de la histórica mesa de diálogo que se conformó esta semana entre libaneses e israelíes que comenzaron a discutir los límites de la frontera marítima entre los países.
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Soldado Violín Líbano FDI
Soldado Violín Líbano FDI
El sargento Yitzhak Eliezer y su violín en el cruce Rosh Hanikrá.
(AP)
Como tantas veces, pero esta vez con más espectadores ocasionales, Yitzhak se trepó a un muro lateral del cruce fronterizo y tocó su instrumento durante varios minutos. “Lo hago porque me gusta relajarme, cuando termino mi servicio este es mi rincón para tocar”, le contó el soldado a Ynet.
Hace tres meses sirve en esta base, desde que Hezbollah intensificó sus amenazas de atacar a objetivos militares en el norte israelí. Su repertorio musical incluye muchas canciones judías y su favorita, especialmente en los días en que le toca custodiar el puesto de Rosh Hanikra, es “Shalom Aleichem” (La paz sea con vosotros). A continuación, el video:
“Aprendí a tocar solo, con videos online, empecé a tocar la guitarra a los 15 años y hace dos años y medio empecé con el violín”, contó el sargento sobre una actividad que comparte con sus compañeros de unidad que a menudo lo acompañan con cantos.
Por su cercanía, las melodías de Yitzhak no se escuchan solamente en la base militar: el sonido rompe fronteras y cruza hasta el sur libanés. “Prefiero que del otro lado escuchen mi violín, y no otros sonidos”, reflexiona al respecto.
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