Vladimir Kozlowski, un ciudadano israelí que vive hace muchos años en Ucrania, fue reclutado por el ejército ucraniano y actualmente es prisionero del Ejército de la República de Lugansk, los rebeldes prorrusos que luchan junto a Rusia en la región del Donbas.
En un video difundido en redes sociales, aparentemente filmado por sus cautivos, Kozlowski se presenta como soldado del Cuerpo de Inteligencia de Ucrania y exhibe su documento de nacionalidad israelí.
Según relata en el video, cuando estalló la guerra Kozlowski y su esposa intentaron abandonar Ucrania a través de la frontera con Eslovaquia y se encontraron con representantes del consulado israelí que le brindaron una documentación especial para abandonar el país. Pero en la frontera sus planes se frustraron cuando autoridades ucranianas impidieron su salida para enrolarlo en el ejército.
Mientras su esposa e hijo continuaron su camino sin él, Vladimir cuenta que fue asignado por el ejército para servir en la región de Lysychansk, en el oeste de la provincia de Lugansk. Dijo que durante una misión de transporte de personas, aparentemente soldados, fueron capturados por soldados rusos.
“Teníamos un arma pero no sabíamos cómo usarla. Nunca nos entrenaron para luchar y nos enviaron al campo de batalla. Pensamos que nos iban a dejar en el oeste de Ucrania, pero nos enviaron a Lysychansk como carne de cañón”, relató el ciudadano israelí desde el cautiverio.
Kozlowski afirmó que antes de ser capturado recibió mensajes de parte de los rusos sugiriendo una rendición. “Entre los soldados también hablamos sobre eso antes, pero nuestros comandantes intentaron evitar estas conversaciones. Nos dijeron que si nos rendíamos íbamos a ser torturados hasta morir”, sostuvo.
La región de Lysychansk fue uno de los principales focos de combate en los últimos días y es considerada la última gran ciudad de Lugansk que no está bajo completo control ruso. Lugansk es una de las dos provincias que componen la región del Donbas en el este de Ucrania, autoproclamadas independientes por rebeldes prorrusos apoyados por Moscú.
“La situación en Lysychansk es muy difícil, los rusos están usando toda su artillería sin distinguir entre objetivos militares y civiles. Están destruyendo todo: escuelas, jardines de infantes, instituciones culturales. Están aplicando una política de tierra arrasada”, denunció ayer Serguei Gaidai, gobernador ucraniano del distrito.