La heladera que se convirtió en armario.
La heladera que se convirtió en armario.
Nitzan Dror
Tzor Sofer: "La gente compra mucho más de lo que necesita".

Un israelí se propuso no comprar ningún producto durante todo el 2020

Tzor Sofer, activista ambiental, asumió un desafío: no comprar nada durante un año entero. Duerme en una tienda de campaña, usa ropa que encuentra y utiliza creativos sustitutos para el papel higiénico y la pasta de dientes. También logró tener un emotivo gesto romántico sin gastar ni un centavo.

Shani Zohar Shdema - Adaptado por Adrián Olstein |
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Imagínese la siguiente escena: un hombre y una mujer caminan de la mano por la calle. Él quiere tener con ella un gesto romántico. Pero decidió hace poco que no compraría absolutamente nada por un año, ni siquiera una humilde flor. De repente, aparece frente a sí la solución. Una rosa solitaria se asoma de un contenedor de basura. La saca y hace entrega de ella a la sorprendida mujer. Solo resta saber: ¿Cómo reaccionó?
"La agarró y se rió a carcajadas”, explica Tzor Sofer, el protagonista de la escena. "Quería sorprenderla pero decidí que por el momento no voy a comprar nada. Vi la rosa en el contenedor y se la di. Ella se rió, pero también se emocionó y hasta el día de hoy, cuando la visito, tiene la flor seca guardada", agrega.
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Tzor Sofer: "La gente compra mucho más de lo que necesita".
Tzor Sofer: "La gente compra mucho más de lo que necesita".
Tzor Sofer: "La gente compra mucho más de lo que necesita".
(Nitzan Dror)
Sofer tiene 33 años, es activista ambiental y guía turístico. Tras llegar desde Portugal sin abordar ni un solo avión, se propuso un nuevo proyecto ecológico: un año entero sin compras. “Estoy cerrando el 2020 sin comprar ningún producto físico, nada que pueda tener entre mis manos. No compro ropa, ni electrodomésticos, ni detergentes o jabones", cuenta. ¿Y qué sí? "Alimentos y servicios", como el transporte público o cursos y talleres.
“La esencia de este desafío es ante todo ecológica. Uno de los factores que más afecta a la crisis climática es el consumo excesivo en el mundo occidental. No vengo a decir 'nunca más compres nada'. Vengo a señalar un fenómeno: la gente compra mucho más de lo que necesita, y una persona como yo puede sobrevivir fácilmente durante todo un año con los restos de la gente que le rodea", explica Sofer.
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Tzor Sofer: "La gente toma por obvio que la única forma de conseguir las cosas es comprarlas”.
Tzor Sofer: "La gente toma por obvio que la única forma de conseguir las cosas es comprarlas”.
Tzor Sofer: "La gente toma por obvio que la única forma de conseguir las cosas es comprándolas”.
(Nitzan Dror)
Ahora vive en una tienda de campaña en el patio, rodeado de productos que tomó de la calle. "Duermo en un colchón que encontré, sobre sábanas que encontré, apoyo la cabeza en una almohada que encontré, cubierta con una funda que encontré, con una manta que encontré y eso para mí lo dice todo", afirma con orgullo.
- ¿Cómo encuentras las cosas que necesitas?
- Espero a que mis amigos lo tiren, miro en la calle cuando hay pilas de ropa cerca de un contenedor o al lado de las estaciones de reciclaje. Requiere muchas veces mirar lo que hay cerca del contenedor o incluso adentro. Hay personas a las que le puede parecer vergonzante. Por suerte a mi no”, sonríe.
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En busca de "tesoros".
En busca de "tesoros".
En busca de "tesoros".
(Nitzan Dror)
Incluso sin sentir vergüenza, hurgar en los contenedores puede conllevar momentos poco agradables. "A veces lo que de lejos parece una atractiva pila de ropa, al agarrarlo es una pila de pañales usados. Momentos como ese, sí, apestan. Pero lo vale por los casos en que busco algo y encuentro lo que a mi juicio es oro", dice.
- ¿Qué, por ejemplo?
- Encontré un sinfín de prendas. Pero los aparatos eléctricos son algo especialmente difícil de encontrar. Cuando vi esta máquina para cortar el pelo, me sorprendió.
Abre la caja y muestra con entusiasmo que la máquina, además, funciona a la perfección. "También era difícil conseguir ropa interior y ya se me estaba terminando la mía. Sabía que muchas veces en los manantiales la gente se baña en calzones, después se cambia y a veces se los olvida. Así que en los paseos por los manantiales, fui juntando ropa interior usada de la gente”, relata.
- ¿Y no te resulta repugnante?
- Si la lavo, no veo razón para no usarla.
No hay duda de que el desafío que se autoimpuso requiere creatividad. "Necesitaba un armario, algo donde guardar toda mi ropa, y no encontraba por ningún lado. Un día vi que mis vecinos sacaron a la calle una mini heladera que no funcionaba. La miré pensativo y concluí que me podría resultar útil. No es de lo más estético", admite," pero es exactamente del tamaño que quería”.
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Calzones usados.
Calzones usados.
Calzones usados.
(Nitzan Dror)
"La gente que se entera de este desafío me pregunta cómo hago con los cosméticos, el papel higiénico, los condones", se ríe Sofer. "Hay un detergente para lavar los platos que se prepara a base de limones, una pasta de dientes que se puede hacer fácilmente con cúrcuma y aceite", cuenta. También encontró un reemplazo para el papel higiénico: "Yo suelo usar agua, y para sonarme la nariz corté una toalla vieja en cuadrados, y ahora tengo pañuelos reutilizables”, agrega.
- ¿Hubo algún elemento que realmente no pudiste encontrar?
- Sí. Durante este año fui voluntario en una granja ecológica y uno de los voluntarios, un chico de 17 años, andaba descalzo porque tenía los zapatos gastados. Le presté mis sandalias y no las volví a ver desde entonces. Así que decidí hacer unas sandalias yo mismo. Tomé una manguera de incendios usada que encontré, la corté, le hice agujeros, la cosí y me hice unas sandalias. No diré que son perfectas, el modelo todavía tiene detalles por mejorar”, bromea.
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Sandalias hechas a mano.
Sandalias hechas a mano.
Sandalias hechas a mano.
(Nitzan Dror)
Tampoco encontró protector solar, un punto problemático para quienes practican senderismo. "Quería conseguir una camiseta fina pero con manga larga, para poder caminar sin usar protector solar. Encontré una camisa pero era de mangas cortas. Más tarde encontré un pijama grueso y caluroso. No me quería poner eso para andar bajo el sol en pleno verano. Así que corté las mangas largas del pijama y las cosí en las mangas cortas de la camisa corta. La gente toma por obvio que la única forma de conseguir las cosas es comprándolas”, evalúa.
- ¿Y cuál es tu situación económica ahora?
- Debido a la pandemia tengo menos trabajo que el año pasado, pero a pesar de eso, tengo más plata que a principio de año. Puedo permitirme trabajar menos tiempo porque no compro nada. De alguna manera hay en eso un sistema que se autorregula.
El verdadero desafío, explica Sofer, es cambiar las percepciones. "Entiendo la cuestión de por qué la gente compra lo que necesita tan pronto como lo necesita. Aprender a resolver un problema de manera no inmediata, no cuando yo quiero resolverlo, sino cuando se me aparece la oportunidad, es para mí es una lección importante", explica.
- ¿Y qué sigue?
- Durante el año fantaseé con todo lo que me voy a comprar en diciembre. Hice una lista: quiero una guitarra y una motocicleta, compraré esto y aquello. Pero después de pensarlo me di cuenta que si en enero compro un montón de productos, es como si el desafío no hubiese existido.
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