“Epí creció en una comunidad ultraortodoxa y fue educado en instituciones religiosas. Su carácter era más de acción”, contó Menajem Levi, suegro del sargento mayor Epí (Yona Efraim) Feldbaum, quien falleció ayer (martes) en combate en Rafah. En una entrevista, Levi habló del ser humano excepcional que fue. “Epí era descendiente de una familia de sobrevivientes del Holocausto. Sus padres nacieron en lo que se conocía como campos de desplazados tras la Segunda Guerra Mundial. Al terminar el servicio militar, quiso ayudar. Se formó por cuenta propia y se volvió muy solicitado para trabajos de infraestructura”.
Levi relató que su yerno, de niño, era “una persona introvertida y tranquila. Tenía dificultades para concentrarse, así que se convirtió en un devorador de libros, y siguió leyendo hasta el día en que murió. Cuando ‘salió al mundo’, estudió durante un año y medio en una yeshivá en el asentamiento de Najaliél, y luego se alistó en ingeniería de combate”. Tal como se formó a sí mismo, explicó Levi, así también educó a sus hijos: “Todos los chicos participan en la preparación de las cenas de Shabat”.
Effi dejó a su esposa y cinco hijos: dos varones de dos años, una hija en primer grado, otra en tercer grado y un hijo mayor de 11 años. “Ahora me convertí en padre, un padre a los 70 años”, compartió Levi. “Parece que también existe esa categoría. Tenemos que crecer como familia a partir de esta ruptura. Todos vamos a apoyarlos, yo voy a intentar criarlos como él quería, con esa independencia. Ese era su lema, como él mismo se crió de forma autónoma”.
Effi también organizaba eventos para soldados en el Día de la Independencia. “Averiguaba dónde había soldados solitarios en el ejército y les hacía un asado. En el último Día de la Independencia, recibió a 400 o 500 soldados solitarios. Todo lo hacía de forma voluntaria, con espíritu de comunidad y el deseo de alegrar a otros.”
Levi agregó que, además de Effi, tiene otros tres hijos que sirven en la reserva. “En los últimos dos años hubo mucha tensión. Lamentablemente, lo que ocurrió fue justo cuando esa tensión había bajado, después del anuncio de que había llegado la paz, que la guerra había terminado y todo estaba detrás nuestro”. Contó sobre una de las operaciones en las que participó su yerno en la Franja, relatada por un oficial que vino a consolarlo. “Había una ruta complicada que necesitaba ser abierta. Salvaron a cientos. La ventaja de Epí era que también trabajaba en el ámbito civil con tractores y excavadoras”.
Effi le explicó en su momento a su suegro que, normalmente, cuando un tractor se avería, pasan dos días hasta que vuelve a funcionar, lo que retrasa a las fuerzas. “Me dijo: ‘Improvisé algunas cosas, había un tubito de aceite que se trabó, así que encontré una solución’. Gracias a eso, las fuerzas pudieron avanzar sin demoras”.
El disparo que mató a Effi ocurrió en Rafah a las 15.45. El equipo de combate de la brigada Najal operaba en la zona para destruir infraestructuras, edificios y túneles que quedaban al este de la llamada “línea amarilla”. Los milicianos abrieron fuego contra una excavadora y un edificio. El reservista fue alcanzado por los disparos en la excavadora, y unos minutos después se lanzó también un proyectil antitanque contra otro vehículo en el área, esta vez sin víctimas. Tras el ataque, las Fuerzas de Defensa de Israel bombardearon edificios y bocas de túneles en la zona, y luego se amplió la ofensiva. En Gaza se reportaron 100 muertos. Sin embargo, hoy a las 10 Israel detuvo el fuego.
