Eitan Fischer y Elad Shufan completaron un doctorado, son profesores, se dedican a la investigación y también comparten una pasión que convive con sus tareas académicas: la música.
El doctor Fisher es especialista en robótica, y dedica sus trabajos de investigación a los campos del sonido y la música. Fue alumno de la escuela de música Rimón y luego se dedicó a la ingeniería.
“Toqué en varios conjuntos de rock y acompañé con el bajo a varios artistas independientes, tengo derecho a combinar la música con mis estudios”, contó el docente de la Facultad de Ingeniería de Beer Sheva. “En la música no importa el título de grado, sino las habilidades que tienes en tu corazón y en tus manos”, agregó.
Shufan, por su parte, es doctor en física, da clases en un campus universitario de Ashdod y también se dedica a la música desde los 14 años: compuso la banda sonora de la película israelí “Un largo viaje”, fue miembro de varias bandas y hoy toca en el grupo musical Bnei Alef.
“Algunos dicen que la conexión entre la música y la academia es imposible, pero a mí me parece lo más natural”, aseguró Shufan, quien junto a Fisher organizó una serie de conferencias para estudiantes universitarios titulada “El doctor doctor”. El proyecto incluyó, por supuesto, piezas musicales.
Pero ellos no son los únicos: la doctora Renana Gershuni-Poren enseña en el instituto Technion y es cantante de ópera. Ella se desempeñó como solista en la orquesta de las FDI, y junto con su amor por la música eligió la investigación y la docencia. Obtuvo tres títulos de grado en la Facultad de Química del Technion y regresó a Israel después de una beca postdoctoral en Zurich.