bullying
Los padres pueden intervenir de diferentes formas para ayudar a los niños.
Ynet
Los padres deben hacerle sentir al niño que lo están acompañando.

Señales de que un niño es víctima de acoso escolar

A veces los padres ven que su hijo está atravesando una crisis, pero no entienden cuál es el motivo. ¿Cómo saber si su hijo está siendo víctima de acoso en la escuela, qué conviene hacer y qué tipo de reacciones se deben evitar?

Barak Sever - Adaptado por Beatriz Oberlander |
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Guili era una niña vital y simpática. Tenía buenas notas. Nunca había tenido una conducta negativa o peleas fuera de lo común con sus compañeras de clase. Nada hacía prever que iba a suceder. “El acoso escolar [también el término ‘bullying’ fue aceptado por la Real Academia de la Lengua Española] y la sensación de aislamiento, se produjeron muy rápido”, cuentan los padres de Guili acerca del desarrollo de los acontecimientos.
“Todo iba realmente bien, por no decir maravillosamente, hasta el momento en el que descubrimos el infierno que estaba atravesando nuestra hija y la maldad a la que se encontraba expuesta. Nunca pensamos que alguien pudiera tener esa actitud con una niña que no le hizo nada malo a nadie. Y todo esto porque ella se negó a aceptar la autoridad de otra niña de la clase. ¿Hasta qué punto las cosas se pueden deteriorar a partir de ahora? ¿Y qué podemos hacer para ayudarla?”
Impotencia
Una de las cosas más preocupantes que los padres pueden tener que afrontar cuando crían a sus hijos es la dificultad de lidiar con el acoso del que está siendo víctima el niño o la niña. La impotencia, la ira y la preocupación infinita que sienten los padres es difícil de soportar.
La frustración va en aumento, especialmente porque “la caja de herramientas” con la que cuentan los padres tiene sus límites, y a menudo éstos se ven perdidos ante el sufrimiento de sus hijos. En los casos más difíciles, no son conscientes del acoso del que están siendo víctimas sus hijos porque éstos pueden ocultárselo.
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Los padres deben hacerle sentir al niño que lo están acompañando.
(Ynet)
¿Cómo darse cuenta que el hijo o la hija están siendo víctimas de acoso?
- Los padres tienen que estar atentos y ser conscientes de las señales de advertencia, una serie de signos que pueden reflejar el acoso escolar o una dificultad social significativa de los que está siendo víctima su hijo o hija. Agregaría que para confirmar o refutar las señales, es importante comunicarse con el niño, y preguntarle a él y a los especialistas en psicología y educación qué que están cerca de él.
Una señal clara que puede indicar que su hijo está siendo objeto de humillaciones es el deterioro en el funcionamiento del niño: en el plano de los estudios, bajan las notas o la motivación. Otras señales son la falta de cuidado a la hora de vestirse o con el aspecto en general, así como la dificultad de dormir o de levantarse por la mañana. Y también un bajón en el estado de ánimo, una gran irritabilidad acompañada de ataques de berrinches o de impaciencia, tristeza y frustración.
A veces el niño puede mostrarse apático o dejar de hacer cosas que antes eran importantes para él, como pasatiempos, clases especiales y más. Otra señal importante es cuando el niño o la niña no tienen ganas o evitan reunirse con amigos, y en los casos extremos que no quieren ir a la escuela y se ausentan con frecuencia. Cada cambio extremo que se produce en el comportamiento de sus hijos revela una dificultad emocional significativa que afrontan, de la que hay que ocuparse.
¿Qué tenemos que hacer como padres?
- Si hay signos de aislamiento social del niño o la niña, o si les contaron que están siendo víctimas de acoso, ustedes deben intervenir de distintas maneras para ayudarlos a lidiar con la dificultad y minimizar el daño emocional:
1- No perder los estribos: Es cierto que ustedes están enojados e incluso ansiosos por su hijo, pero una intervención no apropiada y pasar a ser el centro de la cuestión no ayudarán. Es más, pueden empeorar las cosas y aumentar el acoso, de modo que no actúen de manera impulsiva, y no luchen en lugar de su hijo.
2- Un lugar seguro en casa: Denle a su hijo un espacio seguro y protegido para que él pueda manejar la situación lo mejor posible. Hablen con su hijo, rodéenlo de empatía y muéstrenle que creen en su capacidad de superar la crisis y el acoso. Estén ahí para él, pero no en lugar de él. Un diálogo verdadero y sincero le servirá para fortalecerse psicológicamente. Siempre, pero sobre todo en momentos de crisis.
3- Cooperación con la escuela: La escuela y el marco educativo constituyen un aspecto importante como herramienta contra el acoso social. La escuela tiene la obligación y la responsabilidad de afrontar el acoso en la clase de su hijo y de ponerle fin.
Hoy en día existen instrucciones claras del Ministerio de Educación a través de programas de intervención de los equipos terapéuticos especializados, que incluyen consejeros escolares y psicólogos.
La intervención debe centrarse en dos aspectos: entre las partes principales del acoso (el niño acosado y el que lo acosa o que fue el de la idea del acoso), así como con un trabajo social más amplio en lo que respecta al ambiente que reina en la clase. Exijan esta intervención al personal educativo, trabajen y actúen en relación directa con los agentes terapéuticos, y especialmente con los consejeros. Y recuerden que ustedes deben permanecer detrás de bambalinas y no en el frente del escenario.
4- Diálogo con el niño: Transmítanle fuerza a su hijo, háganle sentir que ustedes están allí para él durante la crisis, y expresen confianza en su capacidad. Propóngale alternativas, pero sobre todo eviten criticar o juzgar. Si su hijo coopera, sugiéranle que busque tratamiento para ayudarlo, para que procese y entienda la crisis emocional por la que está pasando. Denle la sensación de que no está solo, y de que las dificultades y el acoso acabarán y no durarán eternamente.
Recuerden: Ustedes son los adultos responsables en esta historia; por eso, no deben comportarse de manera impulsiva. Tengan cuidado de no pelear las guerras de sus hijos porque eso puede agravar la crisis. Estén allí para ellos, y presionen respecto a la cooperación de la escuela a fin de contribuir a que la crisis de sus hijos acabe lo antes posible.
*El autor es especialista en terapia cognitivo-conductual.
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