A medida que continúan disminuyendo los nuevos casos de coronavirus, algunos hospitales de Israel han comenzado a cerrar sus salas de COVID-19, que recientemente empezaron a vaciarse.
Israel lanzó su exitosa campaña de vacunación en diciembre y hasta ahora ha vacunado completamente a más de la mitad de la población, lo que provocó una disminución en la tasa de infección por coronavirus y el número básico de reproducción.
Hasta recientemente, las ambulancias que trasladaban pacientes infectados tenían que esperar horas fuera de los centros médicos hasta que se pudiera disponer de una cama de cuidados intensivos y el personal de salud pudiera recibirlos. Mientras la alta carga de trabajo aumentaba cada vez más, los equipos médicos perdían las esperanzas.
Han pasado solo unos meses desde entonces, pero ahora la realidad es muy diferente. Hospitales de todo el país han informado que están recibiendo solo un puñado de nuevos pacientes en sus salas de coronavirus.
Según datos obtenidos por Ynet, el martes no ingresaron nuevos pacientes en el Hospital Rambam de Haifa, a diferencia de meses anteriores, cuando llegaba un promedio de 15 infectados a diario. El Centro Médico Meir de Kfar Saba tampoco informó de nuevos pacientes el martes.
Los centros médicos Sheba, en Ramat Gan, y Rabin, en Petah Tikva, recibieron un solo paciente cada uno el martes, en contraste con los 30 que ingresaban a diario hace solo unos meses.
El Centro Médico Hadassah de Jerusalem, que durante la pandemia ha sido uno de los hospitales más concurridos de Israel y en un momento tuvo más de 140 pacientes con coronavirus en su sala de COVID-19, informó el lunes que solo tres nuevos pacientes fueron recibidos ese día.
Según los últimos datos del Ministerio de Salud, los hospitales están atendiendo a 385 pacientes con coronavirus en grave estado, en contraste con los casi 1.200 que fueron hospitalizados en enero.
"A medida que avanzábamos con la campaña de vacunación, la cantidad de hospitalizaciones disminuía", dijo el doctor Maor Maman, subdirector del Centro Médico Rabin y jefe de su departamento de coronavirus.
"En el pico de la pandemia, teníamos dos salas de coronavirus repletas; una de cuidados intensivos y una de maternidad. Ahora la cantidad de pacientes se redujo a cinco. No hace mucho tiempo, la sala de maternidad atendía de dos a cuatro pacientes diariamente, y ahora llegamos a alrededor de uno a la semana, y ninguno de ellos ha sido vacunado. La correlación entre la campaña de vacunación y el descenso de las hospitalizaciones es significativa”, expresó Maman.
Los médicos del Hospital Assuta de Ashdod, donde tampoco se recibieron nuevos pacientes el martes, también están comenzando a acostumbrarse a la nueva realidad. "Redujimos el número de camas de la unidad de cuidados intensivos en las salas de coronavirus a un solo dígito", declaró la doctora Hagit Sarbagil-Maman, subdirectora del hospital.
"Sin embargo, vemos una gran cantidad de pacientes que no tienen COVID-19, pero esto es normal ya que siempre hay un repunte alrededor de Pésaj, una señal de que las cosas realmente están volviendo a la normalidad. Nos estamos preparando para que el hospital vuelva a la actividad regular después de las vacaciones. Algunos equipos médicos regresarán a sus tareas anteriores, pero mantendremos personal dedicado al coronavirus", añadió Sarbagil-Maman.
El profesor Masad Barhoum, director del Centro Médico de Galilea y miembro del consejo asesor para combatir el coronavirus en el sector árabe, señaló que la caída de la morbilidad ha sido más lenta en el norte de Israel, principalmente en las ciudades árabes.
"Ha habido una disminución gradual de las hospitalizaciones, pero es más moderada que en otros hospitales", manifestó.
"La tasa de vacunación en la región de Galilea es más baja, especialmente en el sector árabe, lo que es el motivo de una disminución [de los casos] lenta pero alentadora en la zona. Las vacunas han traído una caída drástica, pero el número de pacientes conectados a respiradores artificiales sigue siendo bastante alto", agregó.
Barhoum dijo que su hospital actualmente está tratando a 21 pacientes, ninguno de los cuales ha recibido la vacuna, en comparación con un pico de 115 en el peor momento de la pandemia.
"La situación entonces era muy difícil y carecíamos de personal. Ahora que las hospitalizaciones se han reducido, podemos regresar a enfocarnos en otras áreas, como rehabilitación y geriatría, que cerramos debido a que se necesitaba más personal en la sala de cuidados intensivos”, sostuvo.
Barhoum dijo que el hospital mantendrá una sala de cuidados intensivos dedicada al coronavirus y una sala de atención general, y agregó que espera poder reducirla a una sola pronto, siempre que la cantidades de pacientes internados permanezca por debajo de 15.