Nofar
Nofer, Iosi, y el bebé, junto al equipo médico del Hospital Kaplan de Rejovot.
Gilad Shaabani
La madre junto a su esposo y el bebé recién nacido.

El milagro de Nofer y su bebé

Nofer Ovadia, de 31 años, fue al Hospital Kaplan de la ciudad israelí de Rejovot para dar a luz a su hijo, cuando de repente colapsó y tuvo una amniocentesis, que causa la muerte a alrededor de la mitad de las parturientas que la padecen

Inbar Toizer - Adaptado por Beatriz Oberlander |
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A la parturienta le sobrevino una amniocentesis, pero en el hospital le salvaron la vida a ella y a su hijo. Una rara complicación puso en peligro la vida de Nofer Ovadia, que fue a dar a luz a su segundo hijo en el Hospital Kaplan de Rejovot. Nofer, de 31 años, declaró a Ynet: “Cuando llegué al hospital, empecé a temblar y perdí mucha sangre. Cuando desperté, después de la operación, no me acordaba de nada pero los médicos me dijeron que soy un milagro médico”.
Su esposo Iosi, de 32 años, relató: “Estábamos en el lugar adecuado, en el momento apropiado. Gracias a nuestros rezos y a la lectura de Salmos, Dios nos envió ‘ángeles vestidos de blanco’: los médicos que le salvaron la vida a Nofer y a nuestro bebé”.
Una vez en el hospital, la mujer fue anestesiada y estaba con respiración asistida, y debió recibir una reanimación cardiorrespiratoria (RCP). En una operación compleja, lograron extraer el feto aplicando el vacío, y el bebé que nació sano y salvo con un peso de 3,650 kilos. El catedrático Alón Ben Arié, director de la División de Mujeres y Parturientas del Hospital, expresó: “Nofer llegó con fuertes contracciones y dolores de parto, se le dio epidural como anestesia, y de repente perdió el conocimiento y empezó a asfixiarse".
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Nofar
La madre junto a su esposo y el bebé recién nacido.
(Gilad Shaabani)
“Le hicimos animación cardiorrespiratoria a la madre, y dimos a luz al bebé por medio de un sistema de vacío, y le dimos oxígeno al recién nacido. Tras el nacimiento, sometimos a Nofer a una traqueotomía para que pudiera respirar, después tuvo un sangrado muy fuerte del útero y presentó dificultades de coagulación”, relató Ben Arié, y agregó: “El equipo logró controlar el sangrado con una compleja cirugía, y luego Nofer fue sometida a cuidados intensivos anestesiada y con respiración asistida. Así estuvo varios días hasta que poco a poco se recuperó, tras lo cual la dimos de alta y se pudo ir a casa con su bebé".
La amniocentesis es una complicación rara que ocurre en uno de cada cien mil nacimientos, y desemboca en la muerte en aproximadamente el 50% de los casos, y en el 30% de los recién nacidos. Se trata de una afección en la que el líquido amniótico penetra en el torrente sanguíneo de la parturienta y provoca una reacción severa en el organismo, similar a una reacción alérgica grave.
Eso causa insuficiencia respiratoria y cardíaca, un grave trastorno de la coagulación e incluso la muerte. En la mayoría de los casos no se puede saber de antemano si la parturienta y/o el feto corren peligro: no es posible identificar la amniocentesis hasta que colapsan todos los sistemas del organismo. Algunas mujeres que sobreviven a esa complicación, padecen trastornos neurológicos durante el resto la vida, pero en este caso la madre y el bebé se fueron sanos y salvos.
El catedrático Adi Weissbuch, destacado especialista en la sala de partos del Hospital Kaplan, destacó: “Si hubiéramos esperado unos minutos más, probablemente el feto no hubiera sobrevivido. La respuesta rápida y efectiva del equipo médico salvaron al feto y a la parturienta”.
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