El coronavirus y las restricciones destinadas a proteger a los adultos mayores ha llevado a muchos a enfrentarse a la vida cotidiana solos y aislados. Pero para algunos de ellos, que no tienen familias, estas reglas significan no únicamente vivir sin nadie, sino también morir y que nadie lo sepa.
Según la organización para víctimas de desastres Zihuy Korbanot Asson (ZAKA), desde el comienzo de 2020 ha habido un aumento del 33% en el número de ancianos, a menudo sin familias, que mueren sin que nadie se percate de ello y son encontrados días o incluso semanas después de su fallecimiento.
Sólo en los últimos 12 días, se han descubierto los cuerpos de 20 de esas víctimas, y son 59 desde el comienzo del año. A modo de comparación, desde principios de 2019 hasta el mes de mayo, sólo se registraron 44 víctimas.
"Durante la cuarentena, aquellos que viven solos sin vínculos familiares se vuelven aún más apartados que nunca porque sus vecinos se mantienen alejados, incluso temerosos, de tocar a sus puertas para asegurarse de que estén bien", mencionó un voluntario de ZAKA.
Entre las últimas víctimas que entran en esta categoría se encuentra Magda Graif, una sobreviviente del Holocausto de 89 años que fue encontrada en su departamento en Beer Sheva dos semanas después de su fallecimiento, luego de haber sufrido un golpe en la cabeza mientras se bañaba.
En la puerta de su casa había una carta en la que escribió que vivía sola y que no tenía familia. "Por favor cuida a mis pájaros", escribió refiriéndose a seis aves que mantenía en tres jaulas.
En la ciudad central de Petah Tikvah, las autoridades encontraron a una mujer de 70 años que había muerto, mientras que su hija con discapacidad mental estuvo sentada durante días cerca del cuerpo de su madre, sin comprender que había fallecido.
"La gente no conoce las tragedias detrás de las puertas de sus vecinos", comentó un voluntario de Zaka, "muchas veces estas muertes se podrían haber evitado. Tuvimos un caso recientemente en que los vecinos temían no haber visto a una mujer que vivía sola, tiraron abajo su puerta y la encontraron inconsciente. Inmediatamente fue hospitalizada y se encuentra en una condición muy grave", relató.
"Tuvimos un caso de un hombre de 43 años que se suicidó pero fue descubierto tres semanas después", continuó el voluntario, "Es un problema cuando la gente vive sola y no hay nadie que se preocupe por ellos. Nosotros, como país, no debemos permitir que tales situaciones sucedan".
Los funcionarios de servicios sociales mencionaron que se involucran principalmente cuando las personas sufren pobreza o violencia doméstica y tienen poca información sobre aquellos que viven solos y sin vínculos familiares. "La gente a menudo se niega a pedir ayuda y debemos confiar en vecinos y conocidos que los cuiden para informarnos de una persona necesitada. Es muy triste", explicó un funcionario.
El ministro de Trabajo y Servicios Sociales, Itzik Shmuli, sostuvo que había dado instrucciones a su ministerio para trabajar con las autoridades locales y presentar un plan inmediato para rectificar la situación. "Es nuestro deber moral básico", manifestó.
ZAKA inició un proyecto mediante el cual llaman todos los días a las personas mayores de 65 años, que saben que están solas, para mantener el contacto y asegurarse de que estén bien. La organización comentó que es un esfuerzo vital, especialmente ahora, cuando se le pide a la población de edad avanzada que permanezca en casa por temor a su vulnerabilidad si se infecta por coronavirus.