Un paciente con coronavirus conectado a una máquina ECMO en el hospital Rambam.
Un paciente con coronavirus conectado a una máquina ECMO en el hospital Rambam.
Gil Nechushtan
Sala de coronavirus del Centro Médico Ichilov.

Cuarta ola de coronavirus: una mirada a las salas ECMO de los hospitales israelíes

Las máquinas de oxigenación por membrana extracorpórea son con frecuencia el último recurso para los pacientes graves de COVID-19. Sin embargo, la escasez de medios y personal capacitado para manejarlas obliga a los profesionales a decidir a qué paciente conectar. Los médicos insisten en que la vacunación es la única forma de evitar estos horribles dilemas.

Ynet - Adaptado por Adrián Olstein |
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La cuarta ola de contagios por coronavirus, que parece ser hasta ahora la más virulenta de Israel, aumentó enormemente la demanda de máquinas de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO, por sus siglas en inglés). Las máquinas ECMO brindan apoyo cardíaco y respiratorio prolongado a las personas cuyo corazón y pulmones no pueden proporcionar una cantidad adecuada de oxigenación y bombeo de sangre para mantenerse con vida.
Los hospitales israelíes tienen decenas de estas máquinas, pero requieren de valiosos recursos, infraestructura y mano de obra calificada para operar. Y en momentos en que su disponibilidad se está agotando, los médicos se ven forzados a tomar una difícil decisión cada vez que un paciente la requiere: ¿Sus posibilidades de supervivencia son lo suficientemente altas como para justificar la asignación del preciado dispositivo?
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Sala de coronavirus del Centro Médico Ichilov.
Sala de coronavirus del Centro Médico Ichilov.
Sala de coronavirus del Centro Médico Ichilov.
(Ziv Koren)
Los hospitales israelíes tienen decenas de máquinas ECMO, pero requieren de valiosos recursos, infraestructura y mano de obra calificada para operar
Con muchos de los casos graves de la actual ola de contagios registrados entre personas no vacunadas, el uso del dispositivo ECMO plantea dilemas morales aún más complejos. La máquina no cura el coronavirus, sino que simplemente proporciona al paciente el tiempo suficiente para que sus pulmones se recompongan, un proceso arduo que puede durar semanas, durante el cual los equipos médicos no pueden dejar la cama del paciente ni por un momento.
Reporteros de Yedioth Ahronoth tuvieron acceso a las salas de coronavirus en varios hospitales israelíes y pudieron presenciar la situación en el terreno, con médicos sobrecargados de trabajo y familias preocupadas que insisten en que la vacunación es la única forma de evitar cuadros dantescos.
Hospital Shamir - Assaf Harofeh
El Centro Médico Shamir en Be'er Ya'akov es el cuarto hospital público más grande de Israel y tiene solo cinco máquinas ECMO, tres de las cuales están actualmente en uso. Siempre debe haber una disponible en caso de que una deje de funcionar.
El doctor Eduard Ilgiyaev es jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Generales del hospital, reconvertido para atender a pacientes graves de COVID-19. "En cierto momento, un paciente que no está conectado a un dispositivo ECMO es casi seguro que morirá", señaló.
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Sala de coronavirus del Centro Médico Shamir.
Sala de coronavirus del Centro Médico Shamir.
Sala de coronavirus del Centro Médico Shamir.
(Tommy Harpaz)
"El COVID es una enfermedad pulmonar. Cuando el sistema respiratorio colapsa, el paciente deja de respirar. Las máquinas nos permiten mantenerlo con vida y ganar tiempo, ya sea días o semanas, para que se recuperen sus pulmones. El dispositivo prácticamente hace que la gente regrese de una muerte segura", explicó.
En la pandemia el hospital Shamir brindó tratamiento a 40 pacientes con máquinas ECMO, 35 de los cuales sobrevivieron
Durante el transcurso de la pandemia, el hospital Shamir brindó tratamiento a 40 pacientes con máquinas ECMO, 35 de los cuales sobrevivieron. "Recibes a un paciente en el último momento de su vida, incapaz de respirar. Después de un tiempo, lentamente recupera la conciencia, comienza a respirar y comer por su cuenta nuevamente y se recupera", contó Ala Agbaria, enfermera de la sala.
"El momento en que un paciente abraza a sus hijos y a su pareja para volver a casa es el motivo por el que trabajamos día y noche durante un año y medio".
Cada paciente requiere atención las 24 horas. Una enfermera debe examinar constantemente la máquina, ya que incluso el más mínimo contratiempo podría provocar la muerte del paciente. Cuando surge un problema, los equipos tienen poco tiempo para reaccionar.
Centro médico Sourasky - Ichilov
El hospital Ichilov tiene siete máquinas ECMO. Cinco están asignadas al tratamiento por coronavirus de las cuales cuatro se están usando en este momento. Shlomi Marom, perfusionista -la especialidad médica dedicada al manejo del dispositivo ECMO- y director del aparato de biotecnología del hospital, pasa el día corriendo entre habitaciones. "Todos nuestros pacientes con ECMO son personas no vacunadas”, se lamentó, y agregó que uno de ellos tiene alrededor de 30 años.
El hospital Ichilov también recibe a pacientes de otros centros médicos que no cuentan con la tecnología o con máquinas disponibles. "Trabajé aquí durante 30 años, nunca había visto a tantos pacientes", sostuvo Marom. "Trabajamos en medio de una gran incertidumbre, sin saber cómo va a terminar el día. Incluso si la situación es 'estable', no puedo en ningún momento estar a más de siete minutos de aquí”, explicó.
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Sala de coronavirus del Centro Médico Ichilov.
Sala de coronavirus del Centro Médico Ichilov.
Sala de coronavirus del Centro Médico Ichilov.
(TPS)
El ECMO sirve como una última oportunidad para los pacientes con coronavirus. Por esta razón, los médicos se ven obligados a lidiar con dilemas éticos complejos y decidir quién recibirá el tratamiento.
"Cada paciente tiene sus propias necesidades, no siempre sabemos a quién conectar"
Shlomi Marom, hospital Ichilov
"Cada paciente tiene sus propias necesidades, no siempre sabemos a quién conectar", evaluó Marom. "Debido a la falta de equipos médicos capacitados, tendemos a no conectar a los pacientes ancianos. También porque la máquina es menos efectiva con las personas mayores. El deterioro en la condición de un paciente con coronavirus es gradual, por lo que tenemos algo de tiempo para decidir cómo actuar", explicó.
Todas las operaciones se coordinan a través de mensajes de texto entre médicos. En ausencia de protocolos de tratamiento organizados, los médicos se ven obligados a decidir personalmente quién vivirá y quién no. “Es un desastre total", concluyó Marom. "El estado debe intervenir y publicar un protocolo completo sobre cómo los hospitales deben utilizar sus dispositivos ECMO", agregó.
Los pacientes con coronavirus no son los únicos que pueden requerir una ECMO. La máquina también se utiliza en cirugías cardíacas, de las cuales el hospital ejecuta tres al día. "En el pasado, la atención de emergencia ocupaba al 20% de nuestro personal", dijo Marom. "Ahora la situación es diferente, la atención de emergencia supera todo. Si todos se hubieran vacunado, no habríamos terminado en esta situación", evaluó.
Campus de atención médica de Rambam
El campus de atención médica de Rambam en Haifa tiene seis máquinas ECMO, todas en uso. Se utilizan cuatro máquinas para tratar a pacientes COVID no vacunados, incluido un paciente de 39 años, uno de 53 años y dos de 40 años.
El jueves pasado, la capacidad del hospital se vio desbordada después de que un séptimo paciente requiriera ECMO y los médicos tuvieran que solicitar otra máquina al hospital Baruch Padeh. "No teníamos el personal para cuidarla", señaló Rami Heisler, director de la sala de ECMO de Rambam.
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Un paciente con coronavirus conectado a una máquina ECMO en el hospital Rambam.
Un paciente con coronavirus conectado a una máquina ECMO en el hospital Rambam.
Un paciente con coronavirus conectado a una máquina ECMO en el hospital Rambam.
(Gil Nechushtan)
"La situación está fuera de nuestro control. Ya tenemos seis pacientes, por lo que la carga de trabajo es una locura. Necesitamos enfermeras que hayan pasado por el entrenamiento de ECMO, solo ellas pueden tratar a estas personas", indicó.
Heisler dijo que el séptimo paciente estaba conectado a una unidad de respaldo mientras esperaban que llegara la máquina ECMO adicional desde Baruch Padeh. Según contó, el Rambam tiene actualmente tres unidades en préstamo de otros hospitales
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Pabellón de coronavirus del hospital Rambam.
Pabellón de coronavirus del hospital Rambam.
Pabellón de coronavirus del hospital Rambam.
(Shamir Elbaz)
El doctor Yaron Bar-Lev, jefe de la sala de coronavirus de Rambam y director ejecutivo del sindicato de Unidades de Cuidados Intensivos de Israel, sostuvo que a Israel no le faltan máquinas ECMO, sino personal capacitado para operarlas.
"Actualmente se utilizan entre 40 y 45 ECMO y otras 35 están libres. El problema no es la cantidad de máquinas, sino la mano de obra capacitada", concluyó. Bar-Lev señaló que si bien el país aún está lejos de un colapso total, la carga de trabajo es insoportablemente difícil para los equipos.
Centro médico Soroka
El Centro Médico Soroka en Be'er Sheva tiene nueve máquinas ECMO, siete de las cuales están ocupadas. Desde el comienzo de la pandemia, el hospital tuvo que tratar con los dispositivos a 35 pacientes.
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Centro de comando de la sala de coronavirus del Centro Médico Soroka.
Centro de comando de la sala de coronavirus del Centro Médico Soroka.
Centro de comando de la sala de coronavirus del Centro Médico Soroka.
(AFP)
El doctor Ori Galante, jefe del departamento de ECMO del hospital Soroka, supervisa las operaciones. "Las guerras y las plagas no se ganan en el campo de batalla, se ganan al evitarse", reflexionó. “Imagínense por un segundo que todos estuvieran vacunados. Todo el país tendría cuatro pacientes en ECMO en total y 20 casos graves”, concluyó.
"No tenemos otro trabajo excepto el coronavirus. De los 45 pacientes en ECMO en todo Israel, el 90% no están vacunados. Los no vacunados han tomado al país y su sistema de salud como rehenes. Esto podría haberse evitado", se lamentó.
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