El Ministerio de Salud informó el martes que el lunes se confirmaron 2.952 nuevos casos de COVID-19, el mayor número de infecciones en casi tres meses.
De las 126.000 pruebas realizadas, una de cada 42 arrojó un resultado positivo, lo cual indica una tasa de positividad del 2,35%.
El factor R, que indica cuántas personas en promedio infecta un solo paciente de COVID-19, se situó en 1,47.
"Nos encontramos en un momento antes de la tormenta, que es inevitable"
Naftali Bennett, primer ministro de Israel
Desde la medianoche hasta las 9 am, se confirmaron 778 casos adicionales, y los funcionarios estiman que la cantidad de resultados positivos crecerá durante el día.
El martes, se descubrió que el número de portadores del coronavirus era de 15.500 y que Jerusalem era la ciudad que registraba el mayor número de pacientes activos, con cerca de 2.200.
Sin embargo, las instituciones médicas no han reportado un aumento en las hospitalizaciones. Señalaron que 137 personas se encontraban recibiendo tratamiento, 85 de ellas en estado grave, de las cuales 38 estaban conectadas a respiradores artificiales.
Casi el 86% de todos los pacientes en condiciones graves no habían recibido ninguna vacuna contra el coronavirus, según el ministerio, en tanto que el 96% de los menores de 60 años internados tampoco habían sido inoculados.
Según funcionarios de salud el lunes, 10,340 personas se presentaron para recibir la primera dosis de la vacuna, la mayoría en el grupo etario de 5 a 11 años.
Desde principios de diciembre, 182.000 recibieron su primera dosis y 121.700 fueron inoculados con la vacuna de refuerzo.
El primer ministro Naftali Bennett dijo en una entrevista con Radio Kan el martes por la mañana que Israel se dirigía a una ola de contagios considerable, sin precedentes.
"Nos encontramos en un momento antes de la tormenta, que es inevitable", declaró. "Sólo podemos brindar protección a los israelíes con las vacunas", añadió.
