Mientras descansaba en su casa y mantenía entretenidos a tres niños pequeños en cuarentena, Adi Karmon Scope tuvo un pensamiento: ¿Cuánto más difícil fue para aquellos en la primera línea de la pandemia?
Así que Karmon Scope, una emprendedora de 44 años, ingresó a Facebook para pedirles a los israelíes que ayuden a los profesionales de la salud que están salvando vidas mientras desafían la exposición durante largas horas en los hospitales, como a las familias que han dejado atrás. El resultado ha sido asombroso.
En menos de tres semanas, más de 10.000 personas se han inscrito en la campaña "Adoptá un doctor". Además de proporcionar el equipo de protección necesario y otros suministros médicos, un ejército de voluntarios ha realizado compras, entregó comidas caseras, ofreció cuidado de niños e incluso acompañó a las mascotas de los proveedores de atención médica.
En Israel, más de 10.000 personas contrajeron el coronavirus y 92 murieron. El gobierno ha impuesto severas restricciones al movimiento para tratar de sofocar la rápida propagación, incluida una cuarentena obligatoria en vecindarios especialmente vulnerables.
Con la fuerza de trabajo israelí en gran parte confinada a su hogar debido a las estrictas regulaciones, Karmon Scope ha disfrutado del sólido compromiso de los israelíes expertos en tecnología con el tiempo en sus manos. Han creado un sitio web que une a voluntarios con médicos, enfermeras y otro personal médico sobrepasado de trabajo.
La organización ahora tiene un coordinador en cada hospital del país, ha obtenido donaciones de compañías privadas de catering y su esfuerzo de negociación con los municipios locales ha producido varios gestos hacia los médicos.
"Hemos visto la experiencia de los equipos médicos en Italia y en China y queríamos asegurarnos de que los nuestros estén bien atendidos, de que se cuiden sus vidas personales para que puedan centrarse realmente en ser profesionales y realizar su mejor labor en los hospitales", explicó Karmon Scope.
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La voluntaria Einat Kedem habla con la doctora de la sala de emergencias Maayan Bacher después de entregarle una comida casera.
(AP)
Einat Kedem, una gerente de proyectos digitales de 51 años de Raanana en el centro de Israel, declaró que lo menos que podía hacer era contribuir con sus habilidades culinarias. Tres veces a la semana, ha estado entregando viandas veganas a la casa de Maayan Bacher, una doctora de la sala de emergencias que ha estado demasiado abrumada como para preparar comidas saludables a sus dos hijos.
"Todos estamos en casa en estos días sin nada que hacer y esta es una manera de sentir que somos parte de algo", expresó Kedem.
Inicialmente, Bacher dudaba en buscar asistencia, ya que, como doctora, estaba acostumbrada a brindar ayuda, no a recibirla. Pero sus hijos se han enamorado de los platos de pasta de Kedem y desde entonces han creado una relación en la que la familia ahora se siente libre de comunicarse con él y expresar su profundo aprecio.
"Es conmovedor que la gente se preocupe por nosotros", sostuvo al recibir la vianda. "Es una buena sensación ser apreciado porque, después de todo, llegamos a este trabajo básicamente solo para ayudar a las personas".
