La campaña de vacunación continúa, y desde ayer también se ha comenzado a vacunar a personas a partir de los 50 años. Sin embargo, la población aislada en casa, que asciende a unas 115.000 personas, incluidos muchos sobrevivientes del Holocausto, quedó sin respuesta y sin expectativas de recibir la vacuna tan esperada que los ayudaría a volver a la normalidad.
Rivka Brauner es hija de Aliza Goldberg, una sobreviviente del Holocausto de 93 años que aún no ha sido vacunada contra el coronavirus porque no puede salir de casa. “Mi madre no puede caminar y se moviliza en una silla de ruedas. Para llevarla al centro de vacunación hay que trasladarla en ambulancia, lo cual es complicado y también cuesta mucho dinero. Hay dos lugares a los que se puede llegar con silla de ruedas, pero no administran la vacuna. Entiendo que es difícil llevar vacunas a domicilio, ¿pero por qué no se pueden entregar en las clínicas a las que asisten las personas que están aisladas en casa?”, preguntó Rivka.
Aunque la madre de Brauner estuvo internada recientemente, manifestó que el hospital se negó a vacunarla. "Estuvo cinco días hospitalizada y pedí que le administraran la vacuna, pero dijeron que eso no formaba parte del procedimiento. No se sabe por qué no resuelven el asunto. Es incomprensible. ¿Por qué se le puede hacer una prueba de coronavirus pero no vacunarla?”, expresó.
Durante una entrevista con Ynet, el profesor Nachman Ash, encargado de la lucha contra el coronavirus en Israel, sostuvo: “Para nosotros es muy importante vacunar a la gente que no puede salir de casa, pero queremos que se haga de la forma más efectiva posible. Este tipo de vacunación es más compleja. Mientras tanto, hemos autorizado la vacunación de sus familiares para aumentar su protección. Espero que podamos llegar a ellos pronto”.
Batsheva Katushevsky, de 90 años, también está aislada en su casa y tampoco ha recibido la vacuna contra el coronavirus. Su hija, Zehava Schneider, de 69 años, habló sobre la preocupación y la frustración que siente. "Llamé a mi seguro de salud varias veces, y me dijeron que no había vacunas. Después de mucha insistencia me manifestaron que no les habían dado instrucciones sobre cómo vacunar a las personas aisladas en casa. Veo que todos se vacunan, incluso mis hijos y yo estamos vacunados y solo ella no", expresó Zehava.
"[Las autoridades] afirmaron que las vacunas de [la farmacéutica] Moderna estarían destinadas a aquellos que no pueden salir de casa, pero finalmente decidieron entregarlas al Ejército. ¿Cómo puede ser que el Ejército tenga prioridad por sobre las personas que no pueden salir de casa?”, manifestó ofuscada.