En la últimas 24 horas, las autoridades de Cisjordania informaron 1.587 nuevos casos de COVID-19, 27 muertes y 1.347 personas recuperadas. Desde hace días, el número de contagios mantiene un promedio diario cercano a los 2.000, por lo que los hospitales de la región comenzaron a quedarse sin camas para ofrecer a los enfermos.
Debido al incesante aumento de las infecciones, con índices de positividad por encima del 25%, y la lenta campaña de vacunación, la tasa de ocupación en los centros médicos superó el 100%. "La situación es muy peligrosa", explicaron desde el Ministerio de Salud mediante un comunicado, en el que se alertó sobre el escaso cumplimiento de las restricciones por parte de algunos ciudadanos.
Este sábado, la ministra de Salud palestina, Mai Alkaila, quien mantendrá hoy un encuentro con especialistas para debatir nuevas medidas, informó que unos 170 pacientes se encuentran internados en unidades de terapia intensiva, de los cuales 48 son asistidos con respiradores artificiales. Los casos aún activos superan los 18.000.
Desde el sábado pasado, rige un cierre total en las localidades de Nablus y Ramallah, donde solo pueden abrir panaderías y farmacias. Pese al endurecimiento de las restricciones, que incluyen también limitaciones a la circulación y el cierre del sistema educativo, no se ha conseguido contener el pico de contagios. La ministra Alkaila dijo que ya circulan en el territorio las variantes británica y sudafricana.
La Franja de Gaza, por su parte, anunció 197 nuevos casos de coronavirus, 137 personas recuperadas y ningún deceso. Esta región, gobernada por el grupo islamista Hamás, cuenta con un sistema de salud precario, por lo que si lo contagios siguen aumentando, las camas también comenzarían a faltar en breve.
