El Ministerio de Salud ha identificado menos de diez casos de inflamación cardíaca luego de la campaña de aplicación de dosis de refuerzo contra el coronavirus de la vacuna Pfizer/BioNtech, según datos publicados recientemente.
Israel comenzó a administrar terceras dosis a grupos de riesgo en julio y, a fines de agosto, amplió su campaña para incluir a cualquier persona mayor de 12 años que se haya colocado la segunda dosis hace cinco meses o más.
Israel fue uno de los primeros países en informar que la protección de la vacuna disminuyó considerablemente con el tiempo, por lo que optó llevar adelante la campaña de refuerzo. Esta medida está siendo seguida de cerca por las autoridades de Estados Unidos, donde las terceras dosis solo fueron aprobadas para mayores de 65 años, con factores de riesgo o ampliamente expuestas al virus (personal de salud).
En datos publicados el jueves por la noche, el Ministerio de Salud informó nueve casos de miocarditis entre más de 1,5 millones de personas que recibieron la vacuna de refuerzo estas últimas semanas. Todos son hombres, de los cuales tres tienen entre 16 y 29 años y seis entre 30 a 59 años.
Todavía se estaban examinando ocho casos más de presunta miocarditis. De todas formas, la mayoría de los pacientes atraviesan las complicación sin mayores sobresaltos, exclamaron desde el Ministerio de Salud.
En total, de los 3,2 millones de israelíes que han recibido un tercer pinchazo, 25 informaron eventos adversos graves que aparecieron dentro de los 30 días posteriores a la inyección, incluida la miocarditis. Sin embargo, aún no se ha establecido un vínculo causal entre muchos de los casos.
Empleando una estrategia apuntada a "convivir con el COVID", el Gobierno de Israel espera que los refuerzos, administrados hasta ahora a alrededor de un tercio de la población de 9,3 millones de habitantes, eviten un brote de la variante Delta mientras la economía se mantiene abierta.
Desde que la Delta comenzó a propagarse en junio, el Gobierno volvió a imponer un mandato de máscaras en interiores y los israelíes requieren el Pase Verde para ingresar a la mayoría de los lugares de ocio. Los maestros deben vacunarse o hacerse la prueba para poder ingresar a las escuelas.
El número de pacientes con COVID-19 hospitalizados en estado grave ha ido disminuyendo en los últimos días, al igual que el número de casos diarios confirmados, que ahora rondan los 4.000, frente a los 8.000 de hace un mes.
Pero a los expertos les preocupa que, con la reapertura de las escuelas esta semana la morbilidad se dispare nuevamente. Han instado al Gobierno a tomar más medidas para controlar las infecciones, como limitar las grandes multitudes y no depender solo de los refuerzos. Sin embargo, Naftali Bennett se ha opuesto a reforzar los cuidados.
