El coronavirus trajo este año una celebración de Pésaj sin precedentes. Cientos de familias, en un intento por conservar la tradición, se reunieron de manera virtual a través de la plataforma para videollamadas Zoom. Pero el uso difundido de la plataforma entre la comunidad judía excede a la celebración.
Reuniones de comunidades, clases de grupos de estudio, entre otras, convirtieron a Zoom en el nuevo espacio predilecto de reunión de las comunidades judías alrededor del mundo y también en el lugar de un nuevo foco de agresión antisemita.
La semana pasada, la Liga Antidifamación (ADL), una organización judía dedicada a combatir los discursos de odio, publicó un artículo acerca del fenómeno: trolls que ingresan a videollamadas públicas e inundan la pantalla de contenido violento, pornográfico y de acoso contra los judíos.
En uno de los hechos, “un activista de extrema derecha irrumpió en un seminario web sobre antisemitismo, dirigido por un grupo de estudio judío de Massachusetts, corrió el cuello de su camisa y mostró un tatuaje de una esvástica”, contó el artículo.
En otro incidente, una videollamada de la comunidad judía de California fue interrumpida por un activista que entró en la conversación y comenzó a gritar consignas antisemitas. También se quitó la camisa y reveló un tatuaje de una esvástica.
La Liga Antidifamación registra los incidentes e intenta localizar a sus responsables en el contexto de una creciente campaña de antisemitismo en redes.
La popularidad de Zoom sorprendió a todos, incluso a la propia empresa. Hasta el comienzo de la pandemia, era una plataforma utilizada en contextos organizacionales, para reuniones de trabajo.
Su salto al uso generalizado expuso sus puntos vulnerables en seguridad y privacidad de la información: filtración de conversaciones, intercambio de información con Facebook, fallas en el cifrado de extremo a extremo, entre otras.
Esto derivó en una serie de prohibiciones de uso, por ejemplo en escuelas de Estados Unidos e incluso llevó a una demanda colectiva en Israel contra la plataforma por no haber protegido la privacidad y seguridad de sus usuarios.
El CEO y fundador de la empresa, Eric Yuan, envío un mensaje de disculpa pública y la promesa de destinar los próximos esfuerzos a fortalecer los sistemas de seguridad y privacidad en lugar de desarrollar nuevas características.
Desde Zoom indicaron también: “es lamentable escuchar acerca de los incidentes y ataques a usuarios. Recomendamos que configuren las reuniones para que solo el anfitrión pueda compartir la pantalla y usar funcionalidades de la aplicación como la sala de espera para filtrar a los ingresantes a las charlas.
