Las fuertes lluvias en el noreste de Rumanía dejaron al descubierto una cueva subterránea repleta de lápidas de un antiguo cementerio judío, que fue destruido en 1943, en medio de la Segunda Guerra Mundial. Algunas tienen más de 500 años y aún se pueden identificar las letras hebreas grabadas en ellas.
La cueva fue descubierta la semana pasada en un campo de fútbol en el parque Tartarasi, en la ciudad de Iasi. El sitio se encuentra cerca del lugar donde los aliados de los nazis robaron miles de lápidas del antiguo cementerio judío.
Lápidas del siglo XV
La lluvia hizo que el techo de la cueva se derrumbara, revelando fragmentos de decenas de lápidas ornamentadas, en las que aún se pueden identificar claramente las letras hebreas grabadas en piedra. El historiador Adrian Cioplantz dijo que las tumbas más antiguas encontradas en el cementerio datan de 1467. "La historia nos envía una señal del pasado", agregó.
El antiguo cementerio judío tenía más de 20.000 tumbas y fue destruido por orden de Ion Antonescu, el primer ministro rumano durante la guerra. A los judíos de Bucarest se les permitió trasladar miles de cuerpos a otro cementerio, pero miles de tumbas fueron profanadas.
Las lápidas retiradas se utilizaron como material de construcción a instancias del alcalde de Iasi, Konstantin Yafarim. En 1941, tuvo lugar un duro pogromo en la ciudad, en el que fueron asesinados unos 15.000 judíos.