En silencio, discretamente, se estableció una nueva organización rabínica, que no hace muchos años parecía una utopía reservada para el fin de los tiempos. La "Unión de Rabinos en Estados Islámicos" une a rabinos de Israel e Irán bajo un mismo techo, y obedece halájicamente las decisiones del gran rabino sefaradí de Israel, Yitzhak Yosef, quien encabeza su comité halájico, aunque el Estado judío, por supuesto, no es miembro de la agrupación. Actualmente cuenta con 14 representantes de comunidades judías en países musulmanes, y aunque comenzó a funcionar en 2019, se labora se da a conocer ahora, en el marco de los "Acuerdos de Abraham" y las nuevas misiones israelíes en países árabes.
La organización está dirigida por Mendy Chitrik, rabino de la comunidad ashkenazí en Turquía, donde ha estado trabajando durante más de dos décadas. "Entendimos que necesitábamos una asociación rabínica que fuera la vocera de los rabinos que viven en países musulmanes", dijo Chitrik. "Actualmente tenemos representantes del este de Asia, incluidos Uzbekistán, Kazajistán, Azerbaiyán y Kirguistán; algunos del norte de África, como Marruecos y Túnez; como así también de países de ese continente, como Nigeria y Uganda. También hay rabinos de naciones europeas musulmanas, como Kosovo y Albania, y de otros territorios, como el norte de Chipre. Además contamos con representantes de los principados del Golfo y de Irán. El rabino Dayan, que es el rabino de Alejandría, Egipto, aunque actualmente vive en Italia. Se trata de un caso excepcional, ya que la mayoría de los rabinos residen en el país donde se encuentra la comunidad que lideran”.
"No hay comunidades no ortodoxas en los países musulmanes. Incluso en las comunidades aparentemente seculares su judaísmo es ortodoxo"
Mendy Chitrik, director de "Unión de Rabinos de Estados Islámicos"
Los rabinos son miembros de los países que componen la Organización de Estados Islámicos, conformada por 57 naciones musulmanas o de mayoría musulmana.
El rabino Chitrik nació en Safed y llegó a Turquía como un joven emisario del movimiento jasídico Jabad Lubavitch con su esposa Chaya. A lo largo de los años, se ha convertido en el responsable de todos los productos kosher del Rabinato de Turquía que son producidos localmente o importados de Israel.
El rabino Chitrik habla siete idiomas (un idioma menos que su abuelo, que es el rabino de Amberes, Bélgica), y también tiene (con gran orgullo, cabe señalar) el título de "el último rabino del mundo que imparte clases de Torá en ladino". "Nuestra organización es apolítica", manifestó Chitrik. "Cada comunidad tiene sus propios desafíos. Una comunidad enorme como la de Azerbaiyán, con 30.000 judíos, después de muchos años de gobierno comunista enfrenta necesidades sociales y el problema de los matrimonios mixtos. Turquía también tiene ese problema, y la educación judía necesita ser mejorada”, explicó.
"La comunidad judía en Marruecos, por otro lado, es pequeña pero también bastante religiosa, al igual que los judíos en Irán. Lo que tienen en común es que la religión es un componente muy dominante debido a la religión musulmana", agregó.
Chitrik señaló que uno de los asuntos en los que están involucrados los rabinos de la organización están relacionados con la cuestión de la pureza familiar. "Estamos en medio de la construcción de una mikve en Dubai”, manifestó.
"La política confunde un poco la conexión de los judíos con los países islámicos en los que viven"
Mendy Chitrik, director de "Unión de Rabinos de Estados Islámicos"
En comparación con las comunidades establecidas o las que tienen una conexión con Israel, también hay comunidades aisladas en las que los judíos viven angustiados por el miedo. Esto es lo que sucede en la comunidad en Siria. "Todavía hay 17 judíos en Siria, les enviamos matzá y mantenemos un continuo contacto para saber lo que necesitan y se lo entregamos", indicó el rabino.
La “Unión de Rabinos en Estados Islámicos” incluye rabinos de todos los ámbitos de la vida y del judaísmo ortodoxo. Chitrik destacó que "no hay comunidades no ortodoxas en los países musulmanes. Incluso en las comunidades aparentemente seculares su judaísmo es ortodoxo. El gran rabino sefaradí de Israel, Yitzhak Yosef, es nuestra autoridad halájica. Consultamos con él sobre todas las cuestiones y él nos brinda sus opiniones sobre varios asuntos”.
- ¿Los países musulmanes saben separar la cuestión religiosa de la política?
- Absolutamente. De hecho, los judíos que viven en Kazajistán, Irán o Malasia rezan todos los días en dirección a Jerusalem. Esto no empezó hoy y no es una cuestión política. Las fronteras y los Estados son un asunto político y diplomático, pero la religión no lo es. En los países musulmanes, mucho más que en Europa, la religión tiene una gran importancia. Tanto en el judaísmo como en el islam la religión es muy dominante en la vida cotidiana, mucho más que en los países cristianos. Nos levantamos a las cinco de la mañana con la voz del almuédano (el responsable de convocar a los musulmanes al rezo). Además, el Shabat comienza 7 minutos antes del llamado del almuédano y finaliza 23 minutos después del mismo. Esta conexión siempre ha existido .
"Hubo comunidades que distribuyeron alimentos a los necesitados, por ejemplo en Nigeria"
Mendy Chitrik, director de "Unión de Rabinos de Estados Islámicos"
El rabino Chitrik es considerado un gran experto, que incluso es invitado a muchos medios musulmanes para hablar sobre la historia judía en los países islámicos y ha escrito sobre los líderes de la comunidad judía en Turquía. "La política confunde un poco la conexión de los judíos con los países islámicos en los que viven. La comunidad ashkenazí en Turquía, por ejemplo, es muy antigua, tiene 2.700 años, por lo que somos parte del tejido social del lugar. Y también lo es la comunidad judía en Túnez, que ha vivido allí durante dos mil años, o en Marruecos, sin mencionar el Talmud de Babilonia y la comunidad de judíos iraquíes. Aunque sólo quedan cuatro judíos allí, somos parte de ese lugar y parte del paisaje humano allí, y es una gran tarea enfatizar, ya sea frente a representantes de estos países o frente a diplomáticos de Occidente, que no somos extranjeros en la región", afirmó.
"Somos parte de este lugar, y en muchas cosas hemos sido influenciados y también hemos influenciado. Había una relación, había diálogo aquí”, sostuvo. “Pero la política trajo odio”, añadió.
Distribución de alimentos durante el Ramadán
Durante el Ramadán, cuando en Israel los combates en Gaza estaban en su apogeo, judíos y árabes en los países islámicos demostraron una convivencia extraordinaria. "Hubo comunidades que distribuyeron alimentos a los necesitados, por ejemplo en Nigeria. Llamamos a los judíos a comprar un paquete de dátiles para entregárselo a su vecino musulmán en preparación para la celebración del Iftar. Históricamente, los judíos en los países musulmanes vivieron relativamente más pacíficamente que en los cristianos. Ha habido altibajos, pero hay que echar un vistazo general. No hubo deportación de judíos de Marruecos ni masacre de judíos en Túnez, aunque hubo disturbios ocasionales y eventos duros”, explicó Chitrik.
Este llamado a ayudar a los necesitados parece ser parte parte de un esfuerzo informal para hacer a un lado el sangriento escenario político a través del diálogo interreligioso.
"Durante los últimos cinco o seis años, Turquía ha sido el primer país musulmán del mundo en impulsar el encendido de velas de Janucá en las calles"
Mendy Chitrik, director de "Unión de Rabinos de Estados Islámicos"
"Hay muchas organizaciones judías en el mundo, pero se ocupan principalmente de la política y la diplomacia. Su objetivo es lograr la paz política. Somos rabinos, nos encargamos de la religión, y la paz por la que nosotros luchamos es entre las personas. Nuestro objetivo es fortalecer el judaísmo en los países en los que estamos. El fortalecimiento de la religión en estos lugares es una muestra de una tolerancia real. El hecho de que haya judíos que viven como judíos en un Estado musulmán demuestra que es posible vivir juntos”, señaló Chitrik.
A pesar del deterioro de las relaciones entre Israel y Turquía, el rabino Chitrik destacó la actitud hacia la comunidad, que él califica como "excelente". "Durante los últimos cinco o seis años, Turquía ha sido el primer país musulmán del mundo en impulsar el encendido de velas de Janucá en las calles. Este año, debido al coronavirus, no queríamos hacerlo, pero el gobierno insistió en que debíamos hacer algo modesto en público, para no romper con la tradición. Representantes municipales y gubernamentales participaron en el evento al que asistieron solo 30 personas, en cumplimiento de las directivas sanitarias en el país”, dijo.
- ¿Hubo participación israelí?
- Sí, un representante del Ministerio de Relaciones Exteriores participó en el evento y creo que incluso encendió una vela. Además, una semana antes de Pésaj se llevó a cabo un servicio conmemorativo a las víctimas del barco de inmigración ilegal Struma, que fue hundido en el Mar Negro durante el Holocausto. Cada año, la Cancillería de Turquía organiza un servicio en memoria de las víctimas. Por otra parte, el gobierno turco financia las cuentas de electricidad de todas las sinagogas del país, al igual que lo hace con las mezquitas y las iglesias.
La comunidad se mudó a internet
El coronavirus ha tenido un gran impacto en la vida de los judíos de todo el mundo. En Estambul, las escuelas han estado cerradas desde marzo del año pasado y los niños están teniendo clases a distancia. El rabino Chitrik comentó que las sinagogas están abiertas, pero con fuertes restricciones. "La vida cotidiana es muy difícil, pero la vida judía se ha despertado un poco", señaló. "Hay toque de queda por la noche, por lo que la gente toma lecciones de Torá y realiza diversas actividades de manera remota. Durante meses he realizado entrevistas con miembros de la comunidad que fueron vistas por miles de personas. Mucha gente también empezó a aprender ladino y hebreo a distancia”, sostuvo.
La comunidad judía de Estambul está compuesta por entre 12.000 y 15.000 judíos. En la ciudad hay 20 sinagogas y una escuela judía con unos 550 estudiantes. "Esta es una comunidad no religiosa", enfatizó el rabino. "Hay muchos matrimonios mixtos, pero definitivamente es una comunidad tradicional, viva y pujante. Hay un hogar de ancianos judío, un hospital judío y otras instituciones de ayuda. Aunque soy el rabino de la comunidad ashkenazí, también trabajo con la comunidad sefaradí”, añadió.
La última vez que hablé con el rabino Chitrik fue hace más de una década, en medio del incidente en la flotilla turca Mármara, cuando fuerzas israelíes ingresaron a la embarcación que se dirigía a Gaza con la intención de ingresar ilegalmente a la Franja y nueve activistas propalestinos murieron en fuertes enfrentamientos con las tropas. En aquella oportunidad, las relaciones entre los países cambiaron. Pero Chitrick dijo sonriente que "según la cantidad de israelíes que vinieron aquí para hacer tratamientos de trasplante de cabello, tratamientos dentales y diversas cirugías estéticas, la relación no se vio perjudicada, y viceversa". Si bien reconoció que la situación fue "un poco desagradable”, subrayó que “los vuelos se han mantenido. Antes de la pandemia, la aerolínea turca “Turkish” volaba más a Israel que a Londres, y el nuevo aeropuerto tiene dos sinagogas".
La situación de seguridad en el país siempre ha sido delicada, indicó Chitrik, cuya sinagoga, Neve Shalom, fue blanco de un ataque terrorista en 1985 y nuevamente en 2003. "Siempre hay algo que mejorar, y cuando hay problemas políticos entre los gobiernos de Turquía e Israel, afecta a los civiles. Por supuesto que esta situación nos desagrada y nos gustaría que cambie”, concluyó.