El gobierno de Israel dispuso que toda la población deberá celebrar Pésaj en sus casas para evitar la propagación del coronavirus. Pero habrá un grupo de exceptuados y se trata justamente de personas infectadas con el COVID-19, que podrán realizar la cena tradicional en comunidad.
Se trata de aproximadamente 500 ciudadanos que realizan el aislamiento en el hotel Dan Panorama de Tel Aviv, uno de los destinados por las autoridades para alojar a pacientes de coronavirus con síntomas leves.
Paradójicamente, en medio del drama y lejos de sus familias, el miércoles a la noche estos pacientes serán los únicos que podrán celebrar Pésaj en compañía de cientos de personas.
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Cientos de judíos con síntomas leves de coronavirus celebrarán Pésaj en el salón del Hotel Dan Panorama de Tel Aviv.
(Ynet)
La gerencia del hotel invitó a cada uno de los alojados en esta residencia que cuenta con un gran salón de eventos. “Después de recibir autorizaciones y las instrucciones de higiene para realizar esta idea, les informamos a nuestros huéspedes que no iban a pasar la fiesta solos”, contó Zeev Keren, director del Centro de Convenciones del hotel.
La ceremonia será presidida por Reuven Shechter, un rabino infectado con coronavirus que está a punto de cumplir su etapa de aislamiento. Los asistentes se sentarán en mesas redondas y cada comensal dispondrá de un menú tradicional, matzá (pan ácimo), una Hagadá para seguir la lectura de la ceremonia religiosa, vino y jugo de uva. En una sala separada se reunirán 60 pacientes del sector ultraortodoxo que solicitaron realizar la ceremonia bajo sus reglas religiosas.
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Autoridades del hotel recibieron autorización e implementaron estrictas medidas sanitarias.
(Ynet)
Empresas privadas aportarán la comida que se servirá en vajilla descartable y estará preparada atendiendo solicitudes especiales como platos sin gluten, bajos en azúcar o estándares de alimentos kosher. “Cuando finalice la cena los comensales deberán desechar la vajilla, y recién dos días después se podrá completar con la limpieza del lugar”, contó Keren sobre los preparativos.
El rabino Shechter, confinado con el hotel junto a su esposa luego de haberse contagiado ambos en un casamiento al que asistieron hace tres semanas, contó que se siente un “privilegiado de celebrar un Seder en comunidad” y destacó que en el hotel se alojan judíos “de todos los sectores”.
“No es fácil pasar la fiesta sin la familia, pero es emocionante estar con muchas personas juntas, es una gran alegría”, agregó el rabino a cargo de la ceremonia de lectura de la Hagadá.
