"El embajador israelí trató de presionarme sobre cómo investigar y enseñar nuestra historia", denunció en la prensa local Adas Jakubauskas, director del Centro de Investigación sobre Genocidio y Resistencia de Lituania, destituido de su cargo por la presidenta del parlamento en la semana en que se conmemoraba el Día del Holocausto en Israel.
"El embajador Yossi Levy se invitó a mi oficina y me dijo cómo debo tratar la Segunda Guerra Mundial", acusó el ahora exdirector. Jakubauskas ejercía su cargo al frente del instituto que emplea a decenas de investigadores y opera bajo el auspicio del Parlamento lituano. Sus actividades están centradas en los crímenes de la Unión Soviética, principalmente la deportación de miles de lituanos a Siberia durante los años de ocupación soviética en el país, pero también los crímenes del nazismo en la Segunda Guerra Mundial.
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Adas Jakubauskas, director destituido del Centro de Investigación sobre Genocidio y Resistencia de Lituania.
Una serie de publicaciones realizadas por el instituto despertaron críticas públicas y académicas. Entre otras cosas, se afirmó que el instituto se había convertido en una herramienta política en manos de la derecha lituana para inventar una historia falsa sobre lo sucedido con los judíos de Lituania entre los años 1941 y 1944.
El centro de estudios sobre el genocidio publicó una serie de escritos para limpiar el nombre del oficial lituano Jonas Noreika, reconocido después de la guerra como un héroe nacional lituano, a pesar de haber deportado a unos 12.000 judíos a guetos en el norte del país y confiscar sus propiedades. Según las publicaciones, los guetos de Lituania eran en aquellos días un lugar relativamente seguro para los judíos.
Los críticos del instituto, entre ellos el embajador israelí Yossef Levi, acusaron a la entidad de falsear la historia y ocultar el papel de la policía, los soldados y los civiles lituanos en el asesinato de judíos. Aproximadamente el 95% de los 230.000 judíos que vivieron en el país hasta junio de 1941 fueron ejecutados en fosas comunes por el nazismo y sus colaboradores locales.
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Jonas Noreika, reconocido como héroe nacional lituano en la posguerra a pesar de haber deportado a miles de judíos a guetos.
(Wikimedia Commons)
Entre los antecedentes de la actual disputa se encuentra que, un parlamentario lituano fue separado de su cargo como presidente de un comité después de publicar un artículo en el Día Internacional en Recuerdo del Holocausto, el 27 de enero de este año, en el que insinuaba que los propios judíos habían contribuido a su muerte al ser demasiado prosoviéticos.
La batalla por la historia en Lituania
Las tensiones entre nacionalistas y liberales en el país de Europa del Este, alcanzaron su punto máximo en estos días, cuando se debate la conmemoración por los 80 años de la Operación Barbarroja en junio de 1941, que marca el comienzo de la ocupación alemana y el asesinato de judíos en el país.
Según la extrema derecha lituana, los embajadores de Israel, Estados Unidos y Alemania iniciaron una "coalición de intervenciones en los asuntos lituanos", se enfrentaron a la presidenta del Parlamento, Victoria Cmilyte, y pidieron que se tomen medidas inequívocas contra el "Centro de Investigación sobre Genocidio".
"Los embajadores de Israel y Estados Unidos se apresuraron a atacarme apenas asumí el cargo", acusó Jakubauskas. "Ambos intentaron presionarme para que cambiara la forma en que Lituania debería abordar su pasado. Le respondí al embajador israelí de una forma que lo hizo sonrojar: 'Señor embajador, usted vino aquí para presionarme. No lo logrará. Tenemos 17 kilómetros de material de archivo y lo vamos a investigar'”, señaló el destituido director.
