Hannah y Eliezer Shimoni; "Nuestra venganza es la hermosa familia que formamos".

"Sobrevivimos antes, lo haremos ahora"

A 75 años del fin del Holocausto, los sobrevivientes del horror lidian con la soledad y las añoranzas de la familia, aislados en sus hogares por la pandemia del coronavirus. Desde las ventanas de sus viviendas dialogaron con periodistas de Ynet y Yedioth Ahronot para que el mundo, pero sobre todo sus familias, nunca olviden.

Matan Tzuri, Iris Lifshitz-Kliger, Israel Moshkovitz, Eitán Glikman - Adaptado por Leandro Fleischer |
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Ellos vivieron el peor de los horrores cuando la maquinaria nazi intentó exterminarlos. Ahora, 75 años después del fin de la guerra y en el Día del Recuerdo del Holocausto se encuentran encerrados en sus hogares lidiando con un enemigo diferente. Sin embargo, a pesar de la soledad y las añoranzas de la familia, afirman: “Sobrevivimos antes, lo haremos ahora”.
Hana (84) y Eliezer (92) Shimoni: “La vida debe continuar”
“El coronavirus no nos preocupa”, dice Eliezer Shimoni. Y Hana se une a la conversación: “Atravesamos un momento peor que éste, pasaremos éste también”, asegura. De alguna manera, incluso en esta situación difícil en la que se encuentran, continúan sonriendo en su casa del moshav Nir Galim. Eliezer era un adolescente cuando llegó a los campos de exterminio de Auschwitz y Buchenwald. En aquella época sobrevivió a las marchas de la muerte y durante la Shoá perdió a su madre, padre, hermanas y a toda su familia.
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Hannah y Eliezer Shimoni; "Nuestra venganza es la hermosa familia que formamos".
Hannah y Eliezer Shimoni; "Nuestra venganza es la hermosa familia que formamos".
Hannah y Eliezer Shimoni; "Nuestra venganza es la hermosa familia que formamos".
(Capricornio)
Después de emigrar a Israel, se casó con su mujer, Hana Gutdiner, una sobreviviente del campo de concentración Bergen-Belsen, que llegó a Israel cuando tenía nueve años. Juntos formaron una familia, y hoy se enorgullecen de sus tres hijos, 12 nietos y 24 bisnietos. “Nuestra venganza es la hermosa familia que formamos”, expresan.
Hana y Eliezer se comprometieron a contar sus experiencias de vida a las próximas generaciones, y así lo hacen. Y desde la ventana de su casa insisten en mirar al futuro con optimismo, incluso en estos días de aislamiento e incertidumbre. El número tatuado en el brazo de Eliezer no le deja alternativa. “Debemos seguir sonriendo y ser fuertes”, le grita a nuestro fotógrafo a través del vidrio.
Arie Goldberg (94): “Quiero que esto termine”
En la ciudad de Afula, Arie Goldberg es todo un símbolo. El hombre que sobrevivió a los horrores de los campos de concentración emigró a Israel y contó la historia de su heroísmo a generaciones de estudiantes en la ciudad. Pero ahora Arie, que a pesar de su edad continúa trabajando en su tienda de artículos para el hogar en el centro de la ciudad, manifiesta que le cuesta acostumbrarse al aislamiento. “Es difícil no encontrarse con gente hace más de un mes”, dice lamentándose. “Todos los días me levanto y quiero que esto termine, sólo quiero volver a trabajar en la tienda”, añade.
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Arie Goldberg: "Sólo quiero volver a trabajar".
Arie Goldberg: "Sólo quiero volver a trabajar".
Arie Goldberg: "Sólo quiero volver a trabajar".
(Elad Gershgorn)
Arie nació en Chelm, Polonia, y con la ocupación alemana fue enviado a las caballerizas de la SS. En 1942 se enteró sobre el plan de exterminio de los judíos de Chelm, y se apresuró a regresar a su casa para advertirle a su padre.
“El padre le dijo ‘ya hiciste suficiente, cuida a mamá y a la familia’, y una noche asesinaron a los judíos de Chelm”, relata el hijo de Arie, Alon.
El joven Arie fue enviado al campo de concentración Majdanek y luego a Auschwitz-Birkenau. Allí logró mantenerse con vida hasta la liberación del campo.
Arie emigró a Israel en 1948 y combatió en la Guerra de Independencia. Después de asentarse en Afula, conoció a su mujer, con quien se casó y tuvo tres hijos y seis nietos.
Israel Dabanhadti (92): “No estoy solo”
“¿Tú sabes cuál es la diferencia entre aquella época y hoy?”, pregunta Israel Dabanhadti. “Antes no podía confiar en nadie que se acercaba a mí porque pensaba que me iba a entregar a los nazis. Sin embargo, hoy, cuando me ofrecen ayuda en momentos que me encuentro confinado en mi hogar, sé que son buenas personas que me quieren hacer un bien”, agrega.
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Israel Dabanhadti: "Lo que más me emociona es la solidaridad entre israelíes".
Israel Dabanhadti: "Lo que más me emociona es la solidaridad entre israelíes".
Israel Dabanhadti: "Lo que más me emociona es la solidaridad entre israelíes".
( Haim Hornstein)
En su casa del kibutz Ruhama, ubicado en el sur del país, se muestra optimista. Israel vive con su pareja con la que se juntó luego de haber enviudado, y mantiene el distanciamiento social impuesto por las autoridades. “Yo no estoy solo. Yo le temo al aislamiento, por lo que trato de mantener contacto con mi familia y mis amigos a la distancia”.
Israel nació en Italia, en una pequeña ciudad cercana a Venecia. Con el comienzo de la guerra fue detenido cuando tenía sólo 13 años. “Por suerte mi abuela era muy estricta, y un día fue a la cárcel y exigió mi liberación”. Luego, ella huyó con su familia de la ciudad e iba de un lugar a otro con una identidad falsa. De este modo lograron sobrevivir a la guerra. Se puede escribir un libro completo sobre su historia de vida, pero a Israel le interesa que especialmente sus hijos, nietos y bisnietos conozcan su historia. “Lo que más me emociona en estos días es la solidaridad entre israelíes”, expresa.
Shaul Grinberg (79): “Es difícil sin un abrazo”
Los hijos y los nietos de Shaul Grinberg continúan visitándolo en Kfar Saba, pero no ingresan al hogar. “Ellos llegan hasta el estacionamiento del edificio y suben al techo del refugio”, cuenta. “Eso me fortalece. Hace más de dos meses que no salgo de casa, y es difícil sin sus abrazos”, lamenta. Desde hace años que Shaul les cuenta a sus descendientes su historia de heroísmo. Él sólo tenía tres años cuando los nazis ingresaron a la ciudad Harlau, en Rumania, donde vivía su familia.
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Shaul Grinberg: "Sobreviví a la Shoá, y junto con mi querida familia también sobreviviré a este virus".
Shaul Grinberg: "Sobreviví a la Shoá, y junto con mi querida familia también sobreviviré a este virus".
Shaul Grinberg: "Sobreviví a la Shoá, y junto con mi querida familia también sobreviviré a este virus".
(Abigail Uzi)
“Mi padre solía salir a trabajar duramente para los alemanes. A veces no lo veíamos por días. Yo estaba apegado a mi madre. Afortunadamente, después de algunos meses, entraron los rusos a la ciudad, y así salvamos nuestras vidas. Yo agradezco todos los días que hayamos sobrevivido y formado una familia maravillosa”, manifesta Shaul. Su mujer, Sima, falleció hace 12 años, pero también ahora, que debe enfrentar la soledad y las dificultades, Shaul se mantiene optimista. “Sobreviví la Shoá, y junto con mi querida familia, también sobreviviré a este virus”.
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