Cerca de 400 fieles jasídicos que viajaron a Ucrania para celebrar Rosh Hashaná en la tumba del rabino Najman de Breslev no pudieron ingresar al país europeo debido a una prohibición de recibir extranjeros en el contexto del coronavirus.
“Pensaron que podrían burlarse de los ucranianos, pero no es contra los israelíes, la frontera está cerrada para todos los extranjeros”, afirmó un funcionario israelí sobre la restricción que generó que cientos de peregrinos, tanto de Israel como otros países del mundo, queden varados en el aeropuerto de Kiev y no puedan llegar hasta Uman.
En este contexto, la embajada de Israel en Ucrania y la comunidad judía local se están organizando para acercar al aeropuerto 40 platos de comida de Shabat y un rollo de la Torá para que los judíos varados puedan celebrar en el lugar el comienzo del sábado.
También hay un grupo de 30 personas varadas en el aeropuerto ucraniano de Leópolis, que pretendían aprovecharse de una legislación ucraniana que permite realizar conexión de vuelos de hasta 48 horas. Este grupo llegó en un vuelo desde Roma que debía continuar a Londres, pero no se subieron al segundo avión. Inspectores de inmigración no legitimaron el engaño e impidieron la entrada al país de estos fieles.
Mientras tanto, en Uman muchos lugareños se enfrentaron con jasídicos que llegaron a la ciudad antes de que empezara a regir la prohibición ucraniana. Los locales piden a los turistas que abandonen la ciudad, en algunos casos a los gritos y a través de escenas violentas que fueron documentadas.
Ante este conflicto, desde sectores jasídicos responsabilizan al primer ministro Benjamín Netanyahu, e inclusive en grupos de WhatsApp circuló una foto trucada del mandatario con vestimenta nazi y consignas agresivas.
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Agresión al primer ministro Netanyahu que circula en grupos de WhatsApp jasídicos.
(Ynet)
Jaim Weitzhendler, uno de los jasídicos enojados con el gobierno, comparó a Netanyahu con Stalin: “Destruyó todos los símbolos judíos y no permitió que visitáramos la tumba del rabino Najman. Hoy ocurre lo mismo y duele que un judío, uno de nosotros, no entienda cuál es la importancia del rabino Najman”, le manifestó a Ynet.
“Nuestros representantes en la Knesset no están haciendo nada, no los veo quejarse, en las próximas elecciones no les daremos nuestro voto”, agregó, descontento también con los partidos ultraortodoxos. “¿Cuál es la diferencia entre manifestarse en la residencia del primer ministro y reunirse en la tumba del rabino Najman?”, comparó en relación a las recurrentes protestas contra el gobierno en Israel.
