Jura Abaev era el último judío de Juyand.
Jura Abaev.
JTA/Radio Free Europe Radio Liberty
Jura Abaev era el último judío de Juyand.

Una ciudad con una antigua rica vida comunitaria judía se queda sin judíos

El 15 de enero murió a los 93 años el último judío de Juyand, una ciudad ubicada en Tayikistán y donde los judíos prosperaron durante siglos.

JTA - Adaptado por Leandro Fleischer |
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Durante muchos siglos, la ciudad de Juyand, en Tayikistán, un país montañoso de mayoría musulmana, había sido un centro de presencia judía en Asia Central.
Pero la que una vez fue una rica vida comunitaria de los judíos de Bujará en Juyand, terminó la semana pasada con el fallecimiento de la última persona judía que quedaba en la ciudad: Jura Abaev murió el 15 de enero a la edad de 93 años, informó Radio Free Europe el jueves.
Los judíos de Bujará son una minoría regional con raíces persas.
Abaev, trabajador de una fábrica jubilado, se había desempeñado como líder espiritual de la sinagoga de Juyand, que según el Congreso Judío Euroasiático había cerrado en 1999. Era un residente respetado y conocido en la ciudad de unos 200.000 habitantes. Sus vecinos lo llamaban "Jura Ako", que significa "hermano mayor" en el dialecto local.
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Jura Abaev era el último judío de Juyand.
Jura Abaev era el último judío de Juyand.
Jura Abaev era el último judío de Juyand.
(JTA/Radio Free Europe Radio Liberty)
Abaev tuvo cinco hijos, y todos emigraron a Israel en la década de 1990, junto con prácticamente todos los demás familiares de Abaev.
Unas pocas docenas de judíos, muchos de ellos ashkenazíes, todavía viven en Dusambé, la capital de Tayikistán, situada a unos 240 kilómetros al sur de la ciudad norteña de Juyand, una de las más antiguas de la región con una historia de 2.500 años.
Tayikistán es uno de varios países de Asia Central cuya población judía emigró masivamente después del colapso de la Unión Soviética en 1991. Esto redujo en gran medida el número de judíos de Bujará, en el vecino Uzbekistán, y los judíos de las montañas de la región, otra minoría descendiente de Persia que tiene muchos vínculos con los judíos de Bujará. Muchos judíos ashknazíes, cuyas familias llegaron a Asia Central durante la Segunda Guerra Mundial, también se fueron.
Pero el éxodo de Tayikistán, que alguna vez tuvo al menos 15.000 judíos, fue particularmente significativo debido a una cruel guerra civil que estalló allí en 1992 y se prolongó durante cinco años, lo que provocó miles de muertes, el desplazamiento masivo de civiles y la pobreza extrema.
Muchos de los pocos cientos de judíos que quedaron después de esa guerra tras el asesinato de Gavriel Gavriilov, el difunto líder de la Sociedad Chaverim de judíos tayikos, que se estableció en los años posteriores al comunismo en un intento por revivir la cultura judía después de décadas de represión soviética. Los asesinos nunca fueron capturados.
Abaev también había emigrado a Israel, tres veces, según el informe de Radio Free Europe, incluso después de la muerte de su esposa, para estar cerca de sus hijos. Pero siempre regresó, ya que consideraba a Juyand el único hogar que tuvo.
En Juyand “todo el mundo me conoce, me saluda y me llama Ako”, dijo a los medios de comunicación de Tayikistán en varias entrevistas en los últimos años. Abaev rechazó una pensión mensual que le habría permitido vivir cómodamente en el Estado judío, según los informes.
“Abaev solía decir: 'Me sentí como si no fuera nadie en Israel. Cuando salgo a Juyand, la gente de mi vecindario me sonríe y dice, mira, ahí viene Jura Ako’”, declaró a Radio Free Europe el periodista tayiko Tilav Rasulzoda, un viejo amigo de Abaev.
“Abaev se sentía más feliz cuando montaba su bicicleta, con una canasta pegada al frente, para hacer las compras en un mercado ubicado cerca de su casa”, dijo un vecino a la estación de radio.
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La sinagoga de Dusambé, la última de Tayikistán.
La sinagoga de Dusambé, la última de Tayikistán.
La sinagoga de Dusambé, la última de Tayikistán.
(Wikipedia)
Al vivir solo en una gran casa familiar en el centro de Juyand, Abaev invitó a una familia pobre de seis personas a vivir con él de forma gratuita. Ellos cuidaron de Abaev en su vejez, informó Radio Free Europe. La familia aún vive en esa casa.
Los padres de Abaev, un trabajador de una fábrica y una actriz de teatro, llevaron vidas diferentes y se divorciaron. Recordó haber vivido en la pobreza extrema durante la Segunda Guerra Mundial.
Durante décadas, hasta la desaparición de la comunidad judía de Juyand, Abaev desempeñó las funciones de rabino, incluido el oficio de los funerales. También era el cuidador principal de la sinagoga, que estaba situada cerca de su casa, según el informe de Radio Free Europe.
En 2015, cuando Abaev era el único judío de la ciudad, la sinagoga en desuso fue derribada para construir un centro comercial. Dusambé, la capital, ahora tiene la única sinagoga del país.
El cementerio judío de Juyand, ubicado en su extremo sur, alberga los restos de Abaev.
Hasta que una lesión en la pierna hace tres años hizo que a Abaev le resultara difícil moverse, solía ser el único cuidador de ese cementerio también. Desde entonces, un residente de la ciudad se ha hecho cargo de cuidar el sitio gracias a los fondos aportados por organizaciones judías extranjeras.
En ausencia de judíos en Juyand, no había nadie para llevar a cabo los ritos religiosos del entierro en el funeral de Abaev, según Radio Free Europe. Pero contó con una gran asistencia de muchos amigos y vecinos que se reunieron en el cementerio para presentar sus últimos respetos al último judío de Juyand.
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