Salón de nombres del Museo del Holocausto Yad Vashem.
Salón de nombres del Museo del Holocausto Yad Vashem.
EPA
Registros en suelo polaco.

Un hombre busca llevar los restos de su abuela, víctima del Holocausto, de Polonia a Israel

Ochenta años después de que Rivka Goldkorn muriera de inanición en un búnker del sur de Polonia donde se había escondido durante el Holocausto, su familia está trabajando para cumplir su última petición de ser enterrada en Israel.

Itamar Eichner |
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"Durante 25 largos años, la historia de mi abuela Nahama nunca me dejó en paz. De hecho, crecí con ella, y desde entonces no encontré consuelo al pensar que la hermana de mi abuela está enterrada en el patio de una casa en Polonia sin tumba que yo pueda visitar y presentar mis respetos. Llevo dos años intentando descubrir el paradero de la sepultura de su hermana y cumplir el juramento de mi abuela de llevarla a descansar a una tumba israelí".
Esta es la historia que cuenta Moshe Rotshtein, nieto de Nahama Goldkorn-Rotshtein, que actualmente está cumpliendo el último deseo de su hermana, Rivka Goldkorn.
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Registros en suelo polaco.
Registros en suelo polaco.
Registros en suelo polaco.
(Meir Bulka)
Durante el Holocausto, Rivka murió de inanición en un búnker donde ella y su hermana se habían escondido durante dos años con otros nueve judíos en un remoto pueblo polaco. Tres días antes de morir, hizo prometer a su hermana que no dejaría sus huesos en el búnker y que la llevaría a su última morada en Israel. En su lecho de muerte, Nahama transmitió este juramento a su nieto Moshe, que ahora trabaja diligentemente para cumplir este voto histórico.
La escalofriante historia comienza en 1942, cuando dos familias judías, los Kleistein y los Goldkorn, de la ciudad polaca de Pilz, huyeron a los bosques. Recorrieron casi 100 kilómetros hasta que encontraron a un granjero polaco llamado Kishel en el pueblo de Krasuvits, cerca de la ciudad de Olkusz, en el sur de Polonia, a una hora y media en coche de Cracovia.
El granjero accedió a esconderlos en su patio, donde cavaron un pequeño búnker de un metro de alto por dos de ancho.
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Vela en memoria de Rivka Goldkorn.
Vela en memoria de Rivka Goldkorn.
Vela en memoria de Rivka Goldkorn.
(Meir Bulka)
"No podíamos estar de pie en el búnker, sólo sentados. Teníamos que amontonar las piernas unas encima de otras debido a lo estrecho del espacio. Recibíamos comida un par de veces a la semana dándole al granjero dinero y posesiones, y él nos traía raciones escasas. Estábamos al borde de la inanición. Sentíamos que estábamos a punto de morir de hambre. Llamamos al granjero para que viera nuestro estado y, efectivamente, se apiadó de nosotros y bajó agua mezclada con un poco de harina y sal al búnker", según el testimonio de Nahama.
En el crudo invierno de 1943, una terrible helada se apoderó de la tierra. Once judíos del búnker sobrevivieron únicamente con nieve y agua de lluvia.
"Un martes", recuerda Nahama, "oí de repente la débil voz de mi hermana Rivka. Me dijo: 'Querida hermana, hoy es martes y el sábado me voy de este mundo. Tengo una petición que hacerte: No dejes mis huesos en el bunker. Llévame a una tumba israelí'".
Y efectivamente, tal como había predicho, Rivka murió ese sábado.
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Meir Bulka.
Meir Bulka.
Meir Bulka.
(Ynet)
En un testimonio manuscrito en Yad Vashem, Nahama dejó constancia de que su hermana pereció de inanición. La enterraron en el patio, no lejos del búnker. Nahama, cuyo marido fue asesinado en el Holocausto, emigró a Israel en 1950 y formó una nueva familia. Sin embargo, a lo largo de los años, nunca olvidó su promesa a su hermana. Hace 25 años, en su lecho de muerte, contó por primera vez la historia del juramento y se la transmitió a sus nietos.
Pasaron los años, y cada miembro de la familia volvió a sus quehaceres personales, excepto un nieto, Moshé, que no pudo encontrar la paz a causa de aquel juramento. Cargó con el peso de la promesa durante años hasta que se cruzó en su camino con Meir Bulka, compañero de investigación en la Universidad Bar-Ilan y director de J-nerations, una organización dedicada a preservar el patrimonio judío en Polonia.
"Simplemente con oír la historia, no pude rechazar su petición de encontrar la tumba de Rivka", relató Bulka. Hace poco, se embarcó en la búsqueda de la tumba con la ayuda de una empresa profesional con tecnología de radar subterráneo. Consiguieron localizar tanto el búnker como la tumba de Rivka, incluidos los restos de sus huesos.
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Estudiantes israelíes participan en la Marcha de la Vida en Auschwitz-Birkenau, en Polonia.
Estudiantes israelíes participan en la Marcha de la Vida en Auschwitz-Birkenau, en Polonia.
Estudiantes israelíes participan en la Marcha de la Vida en Auschwitz-Birkenau, en Polonia.
(AP)
Actualmente, Bulka y Moshe están llevando a cabo un complejo proceso de obtención de certificados de defunción basados testimonio de supervivientes del Holocausto que aún viven. Después, tienen previsto contratar a una funeraria polaca y a una empresa especializada para identificar y repatriar los restos de Rivka para que sean enterrados en Israel. Dado lo largo y costoso de este proceso, la familia está haciendo un llamamdo al público para recaudar fondos para la repatriación de los restos de Rivka.
"Me alegré muchísimo cuando Bulka me informó de que había localizado el búnker donde se escondieron y donde Rivka, que su memoria sea una bendición, fue enterrada. Por supuesto, vacié mis bolsillos inmediatamente, y ahora estoy intentando recaudar fondos para poder llevarla a su último descanso en Israel. La burocracia en Polonia es difícil, y se trata de un proceso largo y costoso, pero estoy decidido a cumplir estos últimos deseos y juramentos", concluyó Moshe Rotshtein.
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Una mirada al interior del libro.
Una mirada al interior del libro.
Una mirada al interior del libro del Museo del Holocausto.
(Yad Vashem)
"En mi opinión, este lugar podría convertirse en patrimonio de la familia polaca que salvó a judíos durante el Holocausto y también en lugar conmemorativo de los crímenes de los nazis. Espero que las autoridades polacas se interesen por este caso, pero, sobre todo, es importante para mí que llevemos a Rivka, que su memoria sea una bendición, a su última morada en Israel. Esta es la misión de mi vida", cerró.
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