El Tribunal de Magistrados de Jerusalem ordenó este lunes la prórroga de detención durante siete días para el rabino Yosef Mordejai Pariser, de treinta años, sospechoso de violación y de convencer fraudulentamente a mujeres para que mantuvieran relaciones sexuales con él utilizando una identidad falsa a través de la aplicación de citas Tinder.
Hasta ahora, 18 mujeres presentaron denuncias contra Pariser ante la policía y se espera que en los próximos días lleguen más, e incluso que varias de ellas presten declaración.
Un funcionario policial declaró: "Se produjeron avances significativos en la causa, y la sospecha razonable contra Yosef Mordejai Pariser se reforzaron significativamente debido al creciente número de víctimas".
"Desde que se hizo público el caso, la unidad de investigación recibió varias denuncias que llegaron desde todo el país, que indican que el sospechoso tenía el mismo modus operandi. Se sigue considerando a Pariser un peligro para la seguridad pública debido a la naturaleza y frecuencia de estos delitos", declaró el funcionario.
Raanan Amosi, abogado de Pariser, argumentó que "el acusado cooperó con la policía, dio la contraseña de su teléfono y explicó que vive en mundos paralelos. Operaba en aplicaciones de citas en las que mostraba fotos suyas vistiendo ropa laica e iniciaba contactos con esas mujeres".
"En el transcurso de estas interacciones, él y algunas de las denunciantes iniciaron una cierta relación: intimando con algunas en el primer encuentro, y haciéndolo más adelante con otras. Lo que estamos considerando es más ético que criminal. El acusado admitió sus actos ante su esposa", añadió.
El juez Mordechai Borstein, que supervisó la causa, dijo que "se reforzaron las sospechas contra el acusado" y que "la investigación avanza y muchas de las denunciantes prestaron declaración, y se espera nuevos casos".
"Sin embargo, existe una duda legal sobre la naturaleza del fraude y propósito del sospechoso en sus acciones. Basándonos en las pruebas, por ejemplo, como mínimo, hay sospechas razonables de que inició fraudulentamente relaciones sexuales, ya que, según las denunciantes, no lo habrían hecho con el acusado si hubieran conocido su verdadera identidad", añadió.
"No obstante, esta cuestión será examinada por la unidad de investigación de la policía, pero no debería influir en la decisión. Dada la naturaleza de los delitos, la preocupación por la obstrucción a la justicia y la complejidad de las actuaciones de la investigación, el acusado quedará en prisión preventiva".
A., una mujer de Jerusalem que mantuvo una relación con Pariser durante siete meses aseguró: "Me creó una falsa imagen de persona. Decía que nos casaríamos y hacía hincapié en que la fidelidad era muy importante para él".
Las dudas de A. surgieron tras una discusión que tuvieron.
"Veía mi perfil de Instagram pero no me seguía, sólo a otros dos usuarios. Le pregunté quiénes eran, y me envió una captura de pantalla en la que se veía que seguía a dos mujeres, contando cuentos chinos sobre cómo las conocía. Me puse en contacto con ellas. Una me dijo que había roto con él hacía sólo cuatro días, y la otra que seguía siendo su novio", explicó A., que habló bajo condición de anonimato.
E., de 33 años, otra denunciante de Jerusalem, había mantenido una relación con Pariser durante cinco meses, e incluso conoció a su familia.
"La relación avanzó hasta un punto muy serio", sostuvo. "Descubrimos que teníamos un pasado común, y siempre bromeábamos diciendo que no habíamos encontrado a nadie más que conociéramos los dos", agregó.
"Después de tres meses, empezaron a surgir mis dudas. Nunca se quedaba a dormir los sábados, y siempre tenía una excusa. Quedamos con sus amigos un viernes por la noche, y dos horas antes de la reunión me dijo que estaba enfermo. Hablé con él y le dije que sus actos no se correspondían con sus promesas", añadió.
"Al final, decidí romper. Mi hermana le exigió que se explicara, y él dijo que sólo lo haría si no me volvía a contactar. Recién ahí me dijo que su apellido era falso y que vivía con su novia. Quedé paralizada", planteó E.
Pariser, casado y padre de dos hijos, se presentaba en Internet con el alias de "Jake Segal", un soltero laico. En él, afirmaba falsamente a las mujeres que trabajaba como adiestrador en una organización que entrena perros guía.
El caso salió a la luz, en parte, porque las víctimas decidieron organizar un enfrentamiento. Una de las mujeres, que había estado en contacto con él, lo invitó a su casa, donde lo esperaban varias denunciantes.
