Ucrania amenazó recientemente con prohibir a los peregrinos israelíes viajar a Umán durante la temporada de las Altas Fiestas si Israel seguía rechazando a refugiados ucranianos en el aeropuerto internacional Ben Gurión.
Sin embargo, los israelíes que planean visitar la tumba del rabino Najman de Breslov siguen siendo optimistas.
El mensaje ucraniano fue transmitido la semana pasada durante el boletín del presidente Volodimir Zelensky, y del que se hizo eco el embajador de Ucrania en Israel, a menos de un mes de Rosh Hashaná, el año nuevo judío.
Sharon Yosef, de 49 y padre de diez hijos, lleva 22 años organizando vuelos a Umán. Confía en poder viajar también este año.
"Llevo viajando toda mi vida. Esto no nos convencerá de no ir, ni siquiera la guerra nos lo impidió", comentó en una entrevista con Ynet.
"Este viaje no pretende ser vacaciones. Es un viaje del que dependen nuestra fe judía y nuestra salud mental", agregó. "Mucha gente viaja y vive una experiencia indescriptible. Por eso siguen volviendo, y ni siquiera una guerra lo impedirá. Creo que Benjamin Netanyahu puede llamar a Putin y decirle: 'Paremos durante una semana, los judíos vienen a Ucrania a rezar", afirmó.
Además, Yosef confía en que pueda resolverse el conflicto sobre el trato que Israel dispensa a los ciudadanos ucranianos.
"Durante 22 años no nos trataron bien en Ucrania. Sufrimos mucho, y nuestro trato no es bueno. Nos hacen esperar horas en las fronteras. El año pasado nos pusimos en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores para pedir ayuda y nadie intervino. Es como si fuéramos 10-20 personas, cuando somos mucho más que eso", explicó.
El israelí instó al gobierno a poner de su parte para cuidar de su pueblo en beneficio de todos. "Las buenas relaciones siempre ayudan, sobre todo cuando se trata de un país que está en guerra; tenemos que ayudarlos a ellos también", planteó. "Si los refugiados de nacionalidad ucraniana son detenidos en el aeropuerto, el ministro del Interior tiene que ocuparse. También vamos a rezar por ellos", sumó.
"Serví en una unidad de combate en las FDI. Fui herido y desarrollé un trastorno de estrés postraumático. Probé de todo para mi enfermedad en Israel, incluidos los medicamentos. Nada funcionó. Entonces vine a la tumba del rabino Najman, y eso me proporcionó la ayuda que necesitaba. Mucha gente puede dar fe de lo mismo, gente laica o judíos observantes", sostuvo.
Antes de viajar, Yosef aseguró que se llevará a cinco de sus hijos. "Umán no es el lugar más bonito del mundo", confesó. "La gente llega y siente algo que no siente en ningún otro sitio. Eso es lo que atrae a los turistas, y eso es lo que atrae a muchos judíos. No me gusta el viaje a Umán", remarcó.
El rabino jefe de Ucrania, Moshe Azman, aseguró que entendía que todos los problemas se habían resuelto después de que el ministro de Asuntos Exteriores, Eli Cohen, se reuniera con su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba.
"En mi opinión, se trataba de una amenaza. No es así como debe comportarse un gobierno", dijo, pero se mostró de acuerdo en que los turistas ucranianos deben recibir un mejor trato cuando llegan a Israel.
¿Cree que las relaciones entre Israel y Ucrania se encaminan a una colisión tras las numerosas disputas del año pasado, incluida la retención del seguro médico a los refugiados ucranianos?
"No soy político. Creo que fue un error revocar las prestaciones sanitarias, pero espero que se corrija rápidamente. Hay fuerzas, que en mi opinión vienen de fuera de Ucrania, que quieren causar fricciones entre ambos países. Creo que todo irá bien en Umán. El año pasado, de hecho, me opuse a que los judíos viajaran a causa de la guerra. Afortunadamente, no pasó nada".
