Muchos documentales del Holocausto dan curso a un arco narrativo familiar, desde la normalidad hasta lo impensable y la destrucción. Las escenas finales con frecuencia han mostrado cadáveres y sobrevivientes esqueléticos, generalmente en compañía de los soldados estadounidenses y rusos que los liberaron. Tales películas suelen terminar con imágenes de los Juicios de Nuremberg o de los sobrevivientes a un paso de comenzar una nueva vida.
Una nueva película examina lo que sucedió a continuación, el esfuerzo de los judíos israelíes y de la diáspora por buscar justicia, reasentar a los sobrevivientes y reconstruir sus vidas después del genocidio.
Reckonings (Compensaciones), que se estrenó en Nueva York el mes pasado, se anuncia como la primera película sobre las reparaciones negociadas por Israel y los judíos de la diáspora con la en ese momento recién formada Alemania Occidental.
Financiado por el gobierno alemán con el apoyo de la Conferencia sobre Reclamos Materiales Judíos contra Alemania (Claims Conference), la película examina un ajuste de cuentas moral sin precedentes de los perpetradores del genocidio y la difícil decisión de Israel y los sobrevivientes de aceptar lo que tantos desdeñaron como "dinero manchado de sangre".
“Recuerdo haber crecido yendo a reuniones de sobrevivientes del Holocausto y escuchando los debates y los argumentos”, contó Abraham Foxman, exjefe de la Liga Antidifamación y niño sobreviviente del Holocausto, en un panel de debate tras la proyección de la película en Nueva York. “Recuerdo las discusiones en la mesa. Mi padre decía que no, mi madre decía que sí. Me llevó mucho tiempo viajar a Alemania, comenzar a reconciliarme, y creo que ese es el mensaje importante de la película”, relató.
Reckonings, escrita y dirigida por Roberta Grossman, muestra cómo tales debates tuvieron lugar en Alemania Occidental, Israel, Europa y Estados Unidos. Se ve a Konrad Adenauer, el católico acérrimo canciller de la Alemania Occidental de la posguerra, en 1951 instando al Bundestag a “proporcionar restitución moral y material” a los sobrevivientes del Holocausto. La película relata el triste debate en Israel sobre si aceptar dinero de los alemanes, con el primer ministro David Ben-Gurion a regañadientes pero firmemente a favor, y el diputado derechista de la Knesset Menajem Begin apasionadamente en contra.
Ben-Gurion ganó, argumentando que Alemania no debería quedarse con las propiedades tomadas por los judíos que asesinó, ni escapar de la responsabilidad por sus crímenes. Cuando los representantes israelíes y alemanes comenzaron sus conversaciones cara a cara en marzo de 1952, se entendió que las reparaciones no estaban destinadas a poner un "valor" a las vidas perdidas, sino que se considerarían una compensación material por la propiedad robada y la pérdida de los medios de subsistencia de los sobrevivientes.
Israel, apenas solvente, también tenía necesidades materiales y buscó fondos para reasentar a cientos de miles de sobrevivientes.
Un tercer socio en tales negociaciones fue un consorcio formado por 23 organizaciones judías de la diáspora en una reunión celebrada en la ciudad de Nueva York en octubre de 1951. La Claims Conference negociaría en nombre de los sobrevivientes judíos que vivían fuera de Israel.
La película utiliza imágenes de archivo y recreaciones para dramatizar las disputas burocráticas que llevaron, el 10 de septiembre de 1952, a la firma del Acuerdo de Reparaciones que codifica las obligaciones de Alemania Occidental con Israel y la diáspora. Los sobrevivientes del Holocausto describen sus pérdidas y sus luchas internas para aceptar las reparaciones. Los historiadores describen la tensión en las salas de reuniones, donde los israelíes se negaron a hablar alemán o estrechar la mano de sus homólogos alemanes.
Desde el acuerdo inicial, el gobierno alemán ha pagado más de 90 mil millones de dólares en indemnizaciones. En septiembre, Alemania acordó uno de los paquetes de reparaciones financieras más grandes de su historia: unos 1.200 millones de dólares para ayudar a cubrir los costos de atención médica para los sobrevivientes de edad avanzada. Este año, la Claims Conference distribuirá más de 700 millones a más de 210.000 sobrevivientes en 83 países y 720 millones en subvenciones a agencias de servicios sociales que brindan atención domiciliaria y otros servicios vitales para los sobrevivientes.
Michael Berenbaum, uno de los historiadores del Holocausto consultado para la producción de la película destacó que las reparaciones no se tratan solo de la propiedad sino de la dignidad, restaurada a los sobrevivientes “en todo el mundo por aquellos que les negaron la dignidad más elemental cuando eran jóvenes”. “Este es un tremendo acto histórico de expiación”, dijo Berenbaum. “Y también es un acto gracia”.