Por primera vez en décadas, Ebrahim Nonoo dirige los servicios religiosos en la sinagoga de Manama, llevando las tradiciones judías a la superficie después de décadas de practicar la religión en privado.
La pequeña comunidad judía de Bahrein, unas 50 personas, ha practicado su fe a puerta cerrada desde 1947, cuando la única sinagoga del país fue destruida en disturbios al comienzo del conflicto árabe-israelí.
Pero cuando Bahrein normalizó los lazos con Israel hace un año en lo que se conoció como los Acuerdos de Abraham, con la mediación de Estados Unidos, "abrió todo", afirmó Nonoo. "Estamos muy felices de haber vuelto a la arena pública”, estimó el hombre de 61 años.
La pequeña comunidad judía de Bahrein, unas 50 personas, ha practicado su fe a puerta cerrada desde 1947
La pequeña sinagoga pintada de blanco con ventanas con marcos de madera se encuentra en el corazón de la capital, Manama. Recientemente fue refaccionada por medio de una gran inversión.
En el interior se pueden encontrar bancos de madera con almohadones azul marino, una pantalla grande para transmitir los servicios religiosos y una tarima de madera, con libros de oraciones en árabe, inglés y hebreo. "Podemos desarrollar nuestra vida judía en Bahrein porque tenemos una sinagoga en pleno funcionamiento", dijo Nonoo.
El 15 de septiembre de 2020, Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos rompieron con la política de muchos países árabes de no establecer vínculos con Israel hasta que no se alcance la paz con los palestinos. Sudán y Marruecos se sumaron a los acuerdos semanas después.
"Las oraciones públicas judías se escucharon en esta región durante más de 2.000 años y lamentablemente se detuvieron en 1947"
Elie Abadie, director de la asociación de comunidades judías del Golfo
La medida fue considerada una "traición" por sectores palestinos, pero fue recibida con gran alegría por los judíos de Bahrein. El mes pasado, llevaron a cabo sus primeros servicios de Shabat en 74 años en la sinagoga, acompañados por judíos expatriados y diplomáticos.
“Volver a casa”
El rabino Elie Abadie, director de la asociación de comunidades judías del Golfo, dijo que el regreso de los servicios religiosos "está renovando nuestra historia en la región". "Las oraciones públicas judías se escucharon en esta región durante más de 2.000 años y lamentablemente se detuvieron en 1947", expresó, y agregó: "Reanudarlas es como volver a casa".
Incluso cuando la sinagoga estaba fuera de servicio, los judíos de Bahréin seguían ocupando un lugar destacado en los negocios y la vida pública. Un ejemplo es Nancy Khedouri, una parlamentaria judía de Bahrein, que espera que la apertura de la cultura judía atraiga a visitantes del extranjero.
"Muchos más judíos están interesados en viajar a la región, soñando con nuevas oportunidades, entusiasmados por conocer de la mano de quienes ya viven en esta región del Golfo", sostuvo. "Los visitantes definitivamente contribuirán al turismo y al crecimiento económico".
Muchos judíos de Bahrein abandonaron el país durante el conflicto árabe-israelí por temor a ser atacados, mientras que otros se quedaron en el lugar pero mantuvieron un perfil bajo, explicó Nonoo. Ahora existe una preocupación por el futuro de la comunidad, y la mayoría de los jóvenes viven y trabajan en el extranjero.
Nonoo contó que actualmente está buscando formas de comprar el edificio junto a la sinagoga para establecer una yeshivá, o escuela religiosa, donde las familias judías puedan inscribir a sus hijos. "Nuestro objetivo es tener un rabino, un joven rabino aquí en Bahrein, para desarrollar la vida judía y para dar a conocer la comunidad y poder ofrecer servicios de Shabat semanalmente", agregó.
Para Aviva, de 40 años, que tiene una hija de dos años, la reapertura de la sinagoga ya es motivo de alegría. “Dios está en todas partes, pero rezar en la sinagoga me hace sentir que mi voz es más especial", dijo, mientras comenzaba a rezar junto a Nonoo. "Cuando sacaron la Torá el mes pasado, y nos la pasaron para que la besáramos, lloré de la emoción, fue un momento muy especial”, señaló.