Las principales autoridades religiosas judías de Israel le han expresado al Vaticano su preocupación por los comentarios que hizo el papa Francisco sobre la Torá. De este modo, mediante una carta, el rabino Rasson Arousi, presidente de la Comisión del Gran Rabinato de Israel para el Diálogo con la Santa Sede, pidió una aclaración.
Sucede que, el pasado 11 de agosto, durante una audiencia en la que estaba reflexionando sobre los dichos de San Pablo acerca del texto que contiene la ley y el patrimonio identitario del pueblo judío, Francisco expresó que la Torá "no da vida". "No ofrece el cumplimiento de la promesa porque no es capaz de poder cumplirla. Los que buscan la vida necesitan mirar la promesa y su cumplimiento en Cristo", afirmó.
Un día después de estas declaraciones, el rabino Arousi se dirigió al Vaticano y pidió que el sumo pontífice aclare sus dichos en los que sugirió que la ley judía es obsoleta. Las autoridades de la Santa Sede dijeron que estaban estudiando la carta y considerando una respuesta.
"En su homilía, el Papa presenta la fe cristiana no sólo como una sustitución de la Torá, sino que afirma que esta última ya no da vida, lo que implica que la práctica religiosa judía en la era actual se ha vuelto obsoleta", escribió el rabino. Y añadió: "Estos dichos forman parte de la enseñanza del desprecio hacia los judíos y el judaísmo, que pensábamos que la Iglesia repudiaba por completo".
La Torá contiene cientos de mandamientos, o mitzvot, que los judíos deben seguir en su vida diaria. La medida de adherencia a la amplia gama de pautas difiere entre los judíos ortodoxos y los judíos reformistas.
Relaciones mejoradas
Las relaciones entre católicos y judíos se revolucionaron en 1965, cuando el Concilio Vaticano II repudió el concepto de culpa colectiva judía por la muerte de Jesús y comenzó décadas de diálogo interreligioso. De hecho, Francisco y sus dos predecesores visitaron sinagogas.
Dos destacados eruditos católicos de las relaciones religiosas con los judíos estuvieron de acuerdo en que las declaraciones del Papa podrían verse como un revés problemático y necesitaban una aclaración.
"Decir que este principio fundamental del judaísmo no da vida es denigrar la perspectiva religiosa básica de los judíos y el judaísmo. Podría haber sido escrito ante el Concilio", dijo el padre John Pawlikowski, ex director del Programa de Estudios Católico-Judíos en la Unión Teológica Católica en Chicago.
"Creo que es un problema para los oídos judíos, especialmente porque los comentarios del Papa fueron dirigidos a una audiencia católica", expresó el profesor Philip Cunningham, director del Instituto de Relaciones Judío-Católicas de la Universidad St. Joseph en Filadelfia. "Podría entenderse como una devaluación de la observancia judía de la Torá en la actualidad", añadió Cunningham.
Arousi y Pawlikowski dijeron que era posible que al menos una parte de la homilía de enseñanza del Papa, conocida como catequesis, fuera escrita por ayudantes y que la frase no fuera debidamente examinada. Sucede que Francisco ha tenido una muy buena relación con los judíos. Mientras todavía era arzobispo en su Buenos Aires natal, coescribió un libro con uno de los rabinos de la ciudad, Abraham Skorka.
