Dariusz Stola
Dariusz Stola
El museo POLIN en Varsovia

Futuro incierto para el museo judío de Varsovia

Muchos creen que el desacuerdo entre el museo y el gobierno de turno proviene de las críticas del director de la institución a la administración populista de Polonia.

AP - Adaptado por Alejo Sanzo |
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El futuro del emblemático museo de historia judía de Varsovia se está dirigiendo a un callejón sin salida luego de que el exdirector, que ganó un concurso para un segundo mandato pero a quien el gobierno populista de Polonia se niega a restablecer, ofreció renunciar a su cargo.
Dariusz Stola anunció el martes que estaba dispuesto a renunciar a su derecho legal de ser el director del Museo POLIN de Historia de los Judíos Polacos si se logra alcanzar un acuerdo "para el correcto funcionamiento de la institución" debido al daño ya hecho al museo y a "las amenazas que sigue enfrentando".
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El museo POLIN en Varsovia
El museo POLIN en Varsovia
El museo POLIN en Varsovia
( Reuters)
El miércoles se celebrará una reunión de emergencia entre donantes de museos y otras partes interesadas para decidir el siguiente paso.
El estancamiento sobre el liderazgo de la institución se ha prolongado durante casi un año, creando inquietudes sobre el futuro de uno de los museos judíos más destacados del mundo. Algunos donantes ya han suspendido las donaciones y la falta de un director permanente ha impedido la planificación a largo plazo.
El museo, que cuenta la historia de 1.000 años de historia judía en tierras polacas, fue visto como un símbolo de cómo la joven Polonia democrática buscó celebrar su pasado multicultural y revivir la civilización judía que fue casi destruida por la Alemania nazi. El museo, cuya construcción demandó dos décadas de arduo trabajo, abrió en 2013 y mantiene su exposición permanente desde 2014.
Hoy, sus problemas son una señal de cuánto ha cambiado la situación bajo un gobierno populista dispuesto a ignorar las normas democráticas, en este caso su obligación de cumplir con los resultados de la competencia que ganó Stola, y desairar a los socios internacionales.
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El presidente Reuven Rivlin hablando en la ceremonia de inauguración del museo POLIN
El presidente Reuven Rivlin hablando en la ceremonia de inauguración del museo POLIN
El presidente Reuven Rivlin hablando en la ceremonia de inauguración del museo POLIN
( Reuters)
Sin embargo, la mayor preocupación es si la institución podrá mantener su propio curso independiente bajo un gobierno nacionalista en Varsovia que ha estado colocando a los leales que comparten su visión conservadora y patriótica al frente de los museos y otras instituciones culturales.
Emile Schrijver, presidente de la Asociación de Museos Judíos Europeos, calificó la situación como "un caso claro de intervención política en un museo con mucho éxito". Mencionó que le había escrito al ministro de Cultura polaco con la esperanza de persuadirlo para que mantuviera a Stola como director, pero fue en vano.
"Cualquier museo debe ser una organización independiente", declaró Schrijver, quien también es director general del Barrio Cultural Judío y el Museo Judío de Amsterdam. "El hecho de que un proceso democrático se vea frustrado por el oportunismo político es una desgracia", añadió.
En un país donde la mayoría de los museos están totalmente controlados por el estado, POLIN es una asociación público-privada única con tres cofundadores que tienen voz en la administración del museo: el gobierno nacional, la ciudad de Varsovia y una asociación judía privada que representa a donantes, entre ellos muchos estadounidenses.
Stola es un distinguido historiador que ha gestionado el museo desde la apertura de la exposición en 2014 hasta el año pasado, tiempo durante el cual ha ganado múltiples premios y ha atraído a un gran número de visitantes de todo el mundo. Stola cuenta con el apoyo tanto de la ciudad, que está dirigida por un opositor liberal del gobierno nacional, como de los muchos donantes que dicen que es necesario contar con un erudito de primer nivel para que el museo siga siendo una institución de clase mundial.
El primer período de cinco años de Stola expiró en febrero de 2019. Aunque el gobierno se opuso a su reincorporación, acordó con otros socios celebrar un concurso. Stola ganó en mayo, pero hasta la fecha el ministro de Cultura, Piotr Glinski, se niega a permitirle regresar a su puesto.
Desde febrero pasado, el exsubdirector, Zygmunt Stepinski, se ha desempeñado como director interino. Pero de acuerdo con los estatutos del museo, un director en funciones sólo puede servir un año, y su mandato se acerca a su fin este mes.
Stola se enfrentó con las autoridades polacas por haber criticado algunas de sus políticas. Eso incluye leyes que le han dado al gobierno más poder sobre el sistema judicial, cambios que han alarmado a la Unión Europea, y una ley de discurso del Holocausto en 2018 que algunos vieron como un intento de blanqueo histórico y provocó una gran disputa diplomática con Israel y los Estados Unidos.
La situación ha consternado a muchos de los benefactores del museo, incluido Tad Taube, quien nació en Cracovia en 1931 y logró huir de Polonia meses antes de la invasión alemana en 1939. Taube, un inversor inmobiliario exitoso del área de San Francisco, ha invertido millones de dólares en POLIN, y el museo recaudó millones más de otros donantes estadounidenses.
El empresario se refirió a Stola como "el erudito y director más destacado que pudimos conseguir para ese museo".
"Ha sido responsable de todas lo positivo que le ha sucedido al museo: los premios, la increíble asistencia; es una estrella, y es un tanto aturdidor pensar que nos desharíamos de la estrella que hizo que todo esto se llevara a cabo", explicó Taube.
"No se puede quitar a un museo su independencia, y su vez buscar servir al interés público y conservar la confianza", sentenció.
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