Un monumento escalofriante en el antiguo campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau se está erosionando lentamente y ahora la fundación que administra el sitio conmemorativo busca recaudar 500.000 euros para su conservación.
Según la Fundación Auschwitz-Birkenau, el estado del bloque macizo de 8.000 zapatos de niños pertenecientes a ex prisioneros del campo se está deteriorando y las autoridades temen que deje de existir sin los esfuerzos de conservación.
Las enormes pilas de zapatos gastados que se les quitaban a hombres, mujeres y niños camino a su muerte son uno de los símbolos reconocibles del horror de Auschwitz.
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Montaña de zapatos en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz.
(Memorial de Auschwitz)
Muchas víctimas del Holocausto siguen siendo desconocidas, y los zapatos, la ropa y el equipaje son el testimonio silencioso, auténtico y único de su existencia.
“Los zapatos se están desmoronando y no tenemos tiempo para esperar. Necesitamos preservarlos ahora”, dijo el director general de la Fundación Auschwitz-Birkenau, Wojciech Soczewica, de visita en Israel. La operación para salvar los zapatos, dice, durará unos dos años.
"Solo una pequeña parte de los zapatos está en exhibición hoy en día, y la mayoría de ellos están almacenados. Una vez que logremos preservarlos, todos serán presentados al público en una nueva exposición. Cada víctima es una tragedia, pero aún más lo son los niños. Estos zapatos son prueba material de los delitos cometidos en su contra”, expresó Soczewica.
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Montaña de zapatos en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz.
(Memorial de Auschwitz)
El director contó que al abrir la campaña de financiación colectiva, recibió una donación de 50.000 euros de un fabricante de calzado alemán.
“Esta es la primera vez en la historia que la fundación recibe una donación de una empresa privada de Alemania”, reveló. "Tiene un sentido histórico y estamos felices de que una empresa alemana haya accedido a hacer esto. Nuestro desafío ahora es recaudar otros 400.000 euros".
Expresó su preocupación de que la descomposición de los zapatos borraría la última evidencia material de muchos de los que perecieron en el campamento.
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Zapato de un niño en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz.
(Memorial de Auschwitz)
"El mensaje que siempre nos dan los sobrevivientes es que no estamos aquí para hacer que las cosas se vean bonitas, queremos que se vean como en 1945, por lo que no podemos usar productos químicos para limpiarlos", explicó.
“Poco a poco van desapareciendo y nuestra misión es ralentizar este proceso para que las futuras generaciones puedan ver los horrores que se ven en este museo. En la mayoría de los casos, cada objeto es la última evidencia material de un prisionero en Auschwitz, que no tiene nombre ni rastro", concluyó.
