En esta época festiva, la comunidad judía de 9.000 miembros de Irán está sufriendo escasez de alimentos, enfermedades y la muerte de decenas de sus miembros. "Fueron enterrados en el cementerio judío sin rituales religiosos", manifestó un miembro de la comunidad. "Estaban cubiertos de cal quemada", añadió.
Debido a que durante semanas no se han realizado sacrificios kosher, la comunidad judía no cuenta con carne mientras los miembros de la colectividad celebraban Pésaj confinados en sus hogares por la crisis de coronavirus.
Si bien en Irán no rige el toque de queda, la colectividad lo ha impuesto a sus miembros desde la festividad de Purim. El gran rabino del país decidió que todos los judíos iraníes deben evitar el riesgo y mantenerse alejados de las sinagogas. Los 60 templos de todo el país permanecen cerrados desde entonces y Meguilat Ester (Libro de Ester) se leyó en línea durante Purim.
Los miembros de la comunidad sostienen que no son víctimas del antisemitismo y que las autoridades respetan su fe.
En Mosul, en el norte de Irak, una familia judía celebró Pésaj por primera vez. A los miembros de dicha familia les habían ocultado sus raíces judías durante toda su vida.
El año pasado, la familia apareció en un video difundido por Achim, una organización dedicada a llegar a personas que nacieron de madres judías y padres musulmanes, y por lo tanto son considerados judíos según la ley religiosa. La agrupación incluso les proporcionó matzá para la cena de Pésaj.
La organización expresó que cuenta con nombres de miles de judíos brindados por sus familiares que emigraron a Israel. Algunos ya respondieron a la llamada de Achim y mantienen contacto con la organización.