El Dr. Ido Hebroni, historiador y profesor del Shalem College, intentó reconstruir la menorá utilizada por la dinastía asmonea en Judea durante su revuelta contra los griegos en el siglo II.
Según Hebroni, tanto las fuerzas asmoneas como las griegas lucharon con lanzas largas y, al parecer, las fuerzas judías utilizaron la culata de sus lanzas para llenarlas de aceite y encenderlas en sustitución de la menorá original.
Ayudó a Hebroni en su investigación Yossi Gur Aryeh, experto en técnicas antiguas de forja de hierro y propietario de su propia herrería en un asentamiento de Cisjordania.
Hebroni, que da clases sobre textos antiguos hebreos, griegos y romanos, se interesó por primera vez por la herrería cuando estudió un texto del siglo III en el que dos sabios judíos discutían sobre la fase en la que se considera que un arma está completa.
Uno sostenía que el arma estaría completa después de sacarla de la herrería, mientras que el otro afirmaba que sólo estaría completa, una vez que hubiera sido completamente empapada en agua.
"A pesar de que muchos reflexionaron sobre esta cuestión", dice Hebroni, "nadie estudió a fondo los procesos en sí. Para averiguarlo, fui a estudiar herrería y me enamoré de ella. Hoy en día, las herramientas de hierro se forjan con fuego, yunque y martillo, de forma casi idéntica a la de hace 2.000 años. Luego publiqué mis resultados en un artículo académico".
Hebroni añade que antes de escribir su trabajo se topó con un artículo escrito por el profesor Daniel Sperber, en el que utilizaba textos hebreos antiguos para deducir que los asmoneos construyeron su primera menorá utilizando sus puntas de lanza. "Me intrigó y los conocimientos adquiridos me empujaron a intentar recrearlo".
"Para prepararme, aprendí cómo eran las lanzas durante la dinastía asmonea y me uní a Yossi Gur Aryeh para crear las puntas de lanza con las que se construyó nuestra menorá, utilizando las mismas técnicas empleadas en la época", explica Hebroni .
Dice que mientras los textos hebreos de la época, dicen que los combatientes judíos hicieron la menorá de "estacas", Sperber escribió en su artículo que es difícil asumir el significado literal de la palabra debido a los fuertes combates que tuvieron lugar durante el período, y que el texto probablemente se refería a una especie de arma.
"También dijo que hay pruebas de que los soldados griegos utilizaban la culata de sus puntas de lanza como base de vela. La punta de la lanza es hueca, por lo que se puede clavar la punta en el suelo y llenar el extremo de aceite para utilizarlo como vela", explica Hebroni.
Según Hebroni, "la misma costumbre es mencionada también por Aristóteles cuando hablaba de un líder digno simulando tanto una punta de lanza como una vela, lo que significaba que el filósofo creía que un líder debía ser justo y marcar el camino a seguir".
"Los antiguos textos hebreos que hablan de Rosh Hashana dicen que la menorá no debe construirse de madera, como hacían los asmoneos", explica Hebroni. "El primero que pensó en la menorá y las lanzas fue el rabino David Cohen, que escribió que lo más probable es que los asmoneos utilizaran sus armas para construir la menorá durante la revuelta".
A la pregunta de por qué los macabeos no utilizaron la menorá original y el aceite que había en el Segundo Templo, Hebroni respondió "Según el libro de los Macabeos, Antíoco IV saqueó el templo, por lo que no había menorá. Los griegos también utilizaban el aceite del templo realizar sacrificios a otros dioses, por lo que estaba prohibido su uso por los judíos."
A la pregunta de por qué nadie había pensado antes en el uso de lanzas para construir la menorá, Hebroni respondió "La conexión se hizo debido a que los judíos regresaron a su tierra ancestral, donde pudieron pensar en Hanukkah y la menorá no sólo en el sentido religioso, sino también en otros aspectos, como el militar".
Hebroni cree que muchos en Israel se equivocan al pensar que la revuelta fue una guerra religiosa. "No fue una guerra contra la cultura griega, porque aunque los asmoneos mantuvieron a los inquilinos judíos, algunos de ellos aceptaron la cultura y la lengua griegas, participaron en la política internacional y lucharon junto a los ejércitos griegos, siendo incluso mencionados en otras fuentes antiguas".
A la pregunta de por qué Antíoco IV enfureció tanto a los judíos, Hebroni explica. "Tras la muerte de Alejandro Magno, su imperio se dividió en varios reinos en guerra. Antíoco IV se unió a un grupo judío de Judea que luchaba contra los símbolos judíos, por lo que colocó una estatua de Zeus en el templo de Jerusalén."
"También prohibió las oraciones judías y exigió a los judíos el sacrificio de animales que consideraban contaminados. Este fue el momento en que la dinastía asmonea decidió sublevarse", afirma Hebroni.
A pesar de que la revuelta se consideró una guerra religiosa, Hebroni explica que no fue exactamente así. "En ese tipo de guerra, normalmente hay dos bandos que intentan imponer por la fuerza las creencias religiosas al otro bando. Los judíos no tenían ningún interés en forzar su religión, y se sublevaron para proteger su religión de la amenaza exterior tras las prohibiciones religiosas de Antíoco IV".
A la pregunta de por qué los sabios judíos más destacados de la Edad Media se centraron más en el milagro del suministro duradero de aceite que en los esfuerzos de los macabeos, Hebroni responde que "los escritos de los sabios judíos se redactaron unos 800 años después de la dinastía asmonea, tras un largo periodo de diáspora judía."
"Hanukkah marca sobre todo una victoria militar, pero esto parecía no tener sentido para los judíos que vivían separados unos de otros cientos de años después del acontecimiento", explica Hebroni.
"La tradición judía de la época celebraba los ocho días que se tardó en consagrar el templo tras la revuelta, por lo que los sabios buscaron un sentido a la tradición. Decidieron que el aceite que había en la menorá duraba ocho días, lo que vino a definir la idea de una victoria contra viento y marea con intervención divina."
"Judá Macabeo fue un gran estratega militar que derrotó a un ejército más numeroso que luchaba en formaciones cerradas utilizando ingeniosas técnicas de flanqueo", añade Hebroni. "Pero la victoria militar significó poco durante la diáspora, por lo que primó el hecho de que la victoria fuera lograda por Dios. Fue un intento de los sabios judíos de perpetuar la fiesta para que los judíos tuvieran un motivo para seguir celebrándola incluso sin un Estado propio.
