Entre la noche del 18 de enero y el 25 de febrero de 1991, una serie de ataques con misiles provenientes de Irak mantuvo en vilo a todo el Estado de Israel. Pasaron casi 30 años desde que los israelíes tuvieron que correr a habitaciones selladas en sus casas en lugar de refugiarse en habitaciones antibombas.
La gran preocupación era que el régimen de Saddam Hussein lanzara misiles con ojivas químicas. En consecuencia, se distribuyeron máscaras antigás entre la población y se pidió a la ciudadanía ingresar a la habitación hermética que habían preparado días antes y no que bajaran a los refugios.
Casi todos los ataques sucedieron en horas de la noche, a excepción de un bombardeo un sábado por la mañana. La primera caída de misiles tuvo lugar en la noche del 18 de enero. Fueron ocho proyectiles disparados desde Irak que cayeron en el área de Tel Aviv y en Haifa. A la mañana siguiente, cuatro misiles adicionales impactaron en Tel Aviv.
En el tercer ataque, se dispararon por primera vez dos misiles Patriot para intentar interceptar un misil que caería sobre Tel Aviv. Un día después otros cuatro misiles Patriot fueron lanzados contra un proyectil iraquí que caería sobre la superficie de Haifa.
La ola más fuerte de disparos tuvo lugar el 25 de enero, cuando cayeron nueve misiles: siete en Tel Aviv y dos en Haifa. Según el establecimiento de defensa, 27 misiles Patriot fueron lanzados ese día para interceptar el ataque.
Del 28 de enero al 3 de febrero cuatro nuevas explosiones se sucedieron en Samaria, en apariencia un error de los lanzadores. Días después, el 16 de febrero, hubo un bombardeo de tres misiles en Dimona, en el sur de Israel, y uno en Haifa. El último ataque fue el 25 de febrero en Dimona.
Según el establecimiento de Defensa, un total de 43 misiles Scud fueron disparados contra Israel desde Irak, 26 de ellos al área de Tel Aviv, ocho a Haifa, cinco a Dimona y cuatro a Samaria. Por su parte, los soldados estadounidenses dispararon 54 misiles Patriot para interceptar los proyectiles.
En Israel hubo víctimas de todo tipo: unas pocas por la caída de los misiles. Ansiedad, caídas durante las corridas a la habitación sellada o uso incorrecto de la máscara y asfixia están en la lista de motivos por los cuales la ciudadanía debió lamentar pérdidas de vidas. 229 israelíes debieron ser tratados por ataques directos con misiles. Otras 540 personas fueron atendidas por trastornos de ansiedad y 222 por inyectarse atropina de manera innecesaria. Un informe del Ministerio de Defensa afirma que hubo en total 14 muertes en Israel, pero según el sitio conmemorativo a las víctimas de hostilidades, el número es mucho mayor.
Junto a las imágenes y videos, las Fuerzas de Defensa de Israel permitieron la publicación de algunos diarios de operación de las actividades militares. A partir de eso se puede saber que la orden era tratar cada misil como si fuese un arma química. Los equipos de rescate debían usar ropa protectora cuando iban a los lugares donde habían caído los proyectiles.