La policía llegó esta mañana (domingo) nuevamente a la yeshivá (centro de estudios religiosos) Grodna, en Ashdod, para evitar la apertura del lugar, ya que en Israel aún rige el tercer cierre general. Esto sucede después de que la semana pasada, los directivos de la institución se negaran a detener sus actividades a pesar de la orden de cierre impuesta sobre el lugar y la multa de 5,000 shekels que recibió. Tras los enfrentamientos, 15 manifestantes fueron detenidos por alteración del orden público y 13 policías resultaron levemente heridos. Además, en el barrio ultraortodoxo de Mea Shearim, en Jerusalem, policías dispersaron a una multitud que se había congregado frente a una yeshivá. Algunos de los presentes en el lugar les gritaron “nazis” a los agentes. Una persona fue detenida.
Los estudiantes de la yeshivá Grodna comenzaron a reunirse cerca de la institución y expresaron su oposición a la presencia de la policía en el lugar. Algunos intentaron entrar al centro por la fuerza, pero fueron bloqueados por los agentes. Incluso después de las detenciones realizadas en el sitio, los estudiantes continuaron realizando disturbios.
En un caso similar ocurrido hace aproximadamente una semana y media, inspectores municipales fueron atacados cuando llegaron a la yeshivá en Ashdod. Los inspectores llamaron a la policía, que arribó al lugar y arrestó a diez manifestantes ultraortodoxos que bloquearon carreteras y se enfrentaron con los agentes. La Municipalidad de Ashdod expresó que los alborotadores "atacaron a miembros de la fuerza de seguridad municipal con piedras y palos". Tres policías resultaron levemente heridos y fueron atendidos en el lugar. Después de los enfrentamientos, la facción extremista ultraortodoxa “Hapeleg Hayerushalmi”, amenazó con utilizar la violencia para evitar “esta horrible injusticia”.
En el barrio ultraortodoxo de Mea Shearim, en Jerusalem, también se produjeron disturbios. La policía se vio obligada a actuar contra estudiantes que acudieron a la yeshivá Satmar. Cientos de manifestantes se reunieron en el lugar y comenzaron a arrojar objetos a los oficiales de policía y a gritarles "nazis". La policía utilizó medios para dispersar a la multitud, incluido un carro hidrante. Una persona fue detenida.
La semana pasada, un fotoperiodista que había ingresado para tomar fotografías en la sinagoga fue atacado por los presentes. Los fieles le arrojaron huevos y le robaron la cámara. Finalmente fue rescatado por la policía.
El sábado por la noche, el líder de Vizhnitz, la tercera dinastía jasídica más grande del país, anunció que sus instituciones educativas reabrirían el domingo en violación del cierre impuesto en Israel.
El líder de Vizhnitz, el rabino Israel Hager, es miembro del consejo de rabinos afiliado al partido Yahadut Hatora Hameuchedet, que forma parte de la coalición gubernamental.
Hager había acordado previamente mantener las escuelas cerradas durante el cierre, pero el sábado revirtió su posición, citando la necesidad de continuar con los estudios religiosos.
"El gobierno está ignorando la importancia de los estudios de la Torá para nosotros", dijo. Y agregó que el los estudios religiosos estaban permitidos en los Estados Unidos, y de hecho había contribuido a una reducción de los casos de COVID-19 entre la comunidad jasídica estadounidense.
Aunque ordenó a sus seguidores que se abstuvieran de llevar a cabo actos violentos, Hager sostuvo que si agentes de la policía aparecía y exigían que las escuelas cerraran, les dijeran respetuosamente que se dirigieran a su oficina.
"El responsable está aquí", dijo a sus seguidores.
La semana pasada, estudiantes de una yeshivá de Vizhnitz agredieron a dos miembros de la policía que se encontraban dentro de un móvil policial frente a la institución. Los manifestantes los insultaron y les gritaron “nazis”.
Un oficial resultó herido por piedras que fueron arrojadas al vehículo.