Desde principios del año 2010 hasta finales del 2019 inmigraron a Israel cerca de 255.000 personas, provenientes de diferentes países. Los Estados que están a la cabeza en cuanto al número de inmigrantes durante esta última década son Rusia, Ucrania, Francia, Estados Unidos y Etiopía.
De acuerdo con datos de la Agencia Judía, el 2019 habrá registrado unos 34.000 inmigrantes. Y será un año récord en cuanto al número de personas que inmigraron a Israel durante la década.
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Los inmigrantes que llegaron desde Francia, conforman la tercera parte del total de los inmigrantes provenientes de ese país que han llegado desde 1948.
(Jack Guez (AFP))
Según el informe, unas 130.000 personas, más de la mitad de quienes inmigraron en los últimos diez años, provenían de países de la ex Unión Soviética. Desde Europa llegaron unos 55.000, de los cuales 38.000 provenían de Francia. Por su lado, de América del Norte llegaron a Israel unas 36.000 personas, de las cuales 32.000 eran de Estados Unidos y el resto de Canadá.
De Latinoamérica llegaron 13.420 inmigrantes, de los cuales 4.320 eran de Brasil y 3.150 de Argentina, de Etiopía 10.500 y 2.560 de Sudáfrica, en tanto que de Oceanía llegaron 1.950, la mayoría de los cuales eran originarios de Australia. Además, de Asia y de África inmigraron 1.700 personas, de las cuales 1.180 eran de la India y 190 de Hong Kong y China. El informe también revela que 3.040 nuevos inmigrantes eran originarios de países con los que Israel no tiene relaciones diplomáticas, como países de Medio Oriente.
Entre las principales tendencias de esta década, se destaca el hecho de que los inmigrantes provenientes de Francia, conforman la tercera parte del total de personas originarias de ese país europeo que inmigraron a Israel desde la fundación del Estado en 1948. El año récord de inmigrantes procedentes de Francia fue el 2015, con la llegada de 7.892 personas.
También la inmigración de personas originarias de Brasil aumentó y batió nuevos récords en estos años. Al comienzo de la década, el ritmo de inmigración de Brasil era de unos 200 al año como promedio, pero en la segunda mitad, hubo un salto cuantitativo y el número de inmigrantes aumentó hasta llegar a unos 600 al año como promedio. También volvió a aumentar la cifra de inmigrantes de la ex Unión Soviética, en particular de Rusia y de Ucrania. En cuanto a Estados Unidos, la afluencia de inmigrantes de ese país durante esta década se ha estabilizado, y se mantiene en unos 3.000 al año.
Desde el comienzo del 2019 hasta finales de noviembre de este año inmigraron a Israel unas 32.600 personas, frente a 27.627 en el mismo período el año pasado (el aumento fue del 18%). El mayor aumento del año se registró entre los inmigrantes de la ex Unión Soviética: un 31% más que en el año 2018. De Europa occidental llegaron 3.420 inmigrantes -un descenso del 9% en comparación con el año pasado-, de América del Norte llegaron 3.200 inmigrantes, igual que el año pasado, y de Latinoamérica unos 1.600, lo que representa un aumento del 3%. Por su parte, de Etiopía llegaron 650 personas, frente a 31 en el mismo período del 2018.
Entre las operaciones especiales que destacaron esta década, está la llamada “alas de Paloma”, que tuvo lugar entre el 2010 y el 2013, durante la cual la Agencia Judía trajo a Israel a 7.800 inmigrantes de Etiopía, y la operación llamada “el fin del Yemen”, en el marco de la cual se ayudó a inmigrar a Israel a judíos de la ciudad de Raida en marzo del 2016, en el peor momento de la guerra en ese país.
En una reunión celebrada en los últimos días con inmigrantes llegados durante esta década junto a sus hijos, ya nacidos en Israel, el presidente de la Agencia Judía, Isaac (“Buzi”) Herzog, destacó: “Ustedes han venido aquí desde todos los rincones del mundo para cumplir el sueño sionista y fortalecer al Estado de Israel. Esta década llegaron, con la ayuda de la Agencia Judía, más de un cuarto de millón de inmigrantes, que eligieron Israel por un profundo sentido de pertenencia, y el deseo de construir en este país su futuro y el de sus hijos”.
La Agencia Judía elaboró esta década programas muy especiales para fomentar la inmigración y la integración de los inmigrantes a la sociedad israelí. Y lo hizo en colaboración con el Ministerio de Inmigración y Adaptación, con la asociación “Ofek Israeli” (en español, ‘horizonte israelí’) y con la ayuda de donaciones de las federaciones judías de América del Norte y del Keren Hayesod. Entre otras cosas, se prepararon vías para que los inmigrantes se integran en el mundo laboral. Entre ellos, programas para que inmigrantes médicos se integran en el sistema de salud pública, e ingenieros en la industria de alta tecnología.
Además, se puso en marcha un programa para la adaptación de jóvenes profesionales de todo el mundo, otro para acompañar a inmigrantes que pasaron a ser soldados sin familia, así como proyectos educativos para niños y jóvenes recién llegados.
