Las calles de Tel Aviv, desiertas por el cierre total.
Alejarse del ruido de la ciudad, uno de los motivos que despertó interés inmobiliario en Judea y Samaria.
AP
La suspensión de los planes de anexión en Cisjordania no afectó a la industria inmobiliaria.

Cada vez más israelíes seculares quieren vivir en Judea y Samaria

Crece la demanda inmobiliaria en los asentamientos judíos de Cisjordania, y no solo por motivos ideológicos o religiosos. Precios bajos y el deseo de una vida al aire libre, aunque sea del otro lado de la Línea Verde.

Hila Tsion - Adaptado por Tom Wichter |
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Un trabajo de investigación de Yad2, uno de los sitios buscadores de propiedades más importantes de Israel, reveló que la demanda inmobiliaria en Judea y Samaria creció durante el verano israelí, pese a la suspensión de los planes de anexión que impulsó el gobierno durante la primera mitad de 2020.
El congelamiento de la declaración de soberanía israelí en Cisjordania, en pos del acuerdo de normalización de relaciones con Emiratos Árabes Unidos, no detuvo una demanda creciente de los últimos meses. Recién en septiembre, a partir del segundo cierre general del país debido al coronavirus, las solicitudes de compras o alquileres empezaron a menguar.
Compuesto por cuatro ciudades, seis consejos regionales y 13 consejos locales, los asentamientos judíos en Cisjordania incluyen a una población diversa: cerca de la Línea Verde predominan las comunidades seculares y nacionalistas, mientras que en la profundidad del territorio se encuentran los sectores más ultraortodoxos
El estudio de Yad2 demuestra que la demanda creció desde marzo hasta julio de 2020, en plena primera etapa de la pandemia. Y una de las principales razones de estos movimientos es que las motivaciones para mudarse dejaron de ser solamente ideológicas.
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Netanyahu en Cisjordania promoviendo el plan de anexión.
Netanyahu en Cisjordania promoviendo el plan de anexión.
La suspensión de los planes de anexión en Cisjordania no afectó a la industria inmobiliaria.
(Reuters)
Más barato y espacioso
“Quienes se mudan a Judea y Samaria hoy también lo hacen por motivos económicos, allí se pueden comprar departamentos espaciosos en planta baja por el mismo precio que un departamento de cuatro habitaciones en Petach Tikva”, explica Haim Mesilati, presidente de la Oficina de Tasación de Bienes Raíces de Israel.
En Ariel y otras localidades conocidas como “el primer círculo”, por ejemplo, en marzo de 2019 hubo 41.780 búsquedas de hogar y este año esa cifra se elevó a 53.940 interesados. Esa tendencia marcó un pico en julio, con 106.866 solicitudes, y recién en septiembre con las nuevas medidas de cierre se evidenció el primer descenso: 86.172 interesados en mudarse a esa zona, una cifra que sigue siendo más alta que al comienzo de la pandemia.
En menor medida, estadísticas similares se tomaron del área de Gush Etzion, cercana a Jerusalem, del otro lado de la valla de seguridad. Y en áreas más profundas de Judea y Samaria, como el Consejo Regional Samaria, el Valle del Mar Muerto y en la zona montañosa al sur de Hebrón, existe la misma tendencia.
Dror Ohev Zion, director ejecutivo de la inmobiliaria Dera, asegura que el congelamiento de los planes de anexión, lejos de desalentar, favorecieron al negocio. “En algún punto fue liberador. Antes del coronavirus, cuando se discutía la anexión, los potenciales compradores venían a la oficina con mapas para tratar de evaluar en dónde se construirían las futuras carreteras”, afirmó.
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Ariel
Ariel
Ariel, una de las ciudades del otro lado de la Línea Verde más consultada por israelíes, y no solo por motivos ideológicos.
(AFP)
Según el agente, las consultas provienen de “familias tanto religiosas como seculares” y su búsqueda apunta a “hogares espaciosos en zonas rurales”, lejos de los grandes centros urbanos. “A la mayoría de los que vienen aquí no les importa mucho el estatus legal, por eso creo que la demanda y los precios seguirán creciendo como ocurrió en los últimos diez años”, estima.
Avi Peretz, corredor inmobiliario en esta región, aduce que muchos israelíes apuntan a Judea y Samaria debido al fuerte aumento de precios en la zona cercana a Tel Aviv. “Me contactan parejas y familias jóvenes que no tienen suficiente dinero para comprar una casa en el centro del país”, dice.
“Los límites ideológicos de la Línea Verde se están esfumando y la frontera con Cisjordania deja de tener sentido, pareciera que de repente ya no hay familia israelí que no tenga un familiar en Samaria”, analiza Peretz y agrega que en la zona de Ariel estos cambios están impulsados también por la creciente actividad universitaria: “La conversión del Instituto Ariel en Universidad y la apertura de la facultad de medicina incrementaron la demanda de estudiantes y profesores, se percibe un gran cambio demográfico en la ciudad”.
Peretz también señala como factor de atracción inmobiliario a la pandemia, que en función de las restricciones de circulación alentó a muchas personas a buscar viviendas con jardines o balcones. “Muchos vienen a visitar familiares y descubren un mundo diferente”, describe Peretz sobre un estilo de vida más amigable con el aire libre.
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Universidad Ariel
Universidad Ariel
La Universidad de Ariel provocó "un gran cambio demográfico en la ciudad”.
(Yitzhak Shlizel)
Ariel Edelstein, vicepresidente de marketing y ventas del grupo Avney-Derech, afirma que la frontera con Cisjordania es el área con mayor demanda. “Alfei Menashe, por ejemplo, está del otro lado de la Línea Verde pero es prácticamente un suburbio de Kfar Sava, aunque con precios más bajos”, cuenta. Y revela que no solo israelíes buscan estos nuevos destinos, sino también judíos de la Diáspora interesados en inversiones inmobiliarias, especialmente de Francia.
“Muchos se sintieron atraídos porque pensaron que con la anexión los precios iban a subir, y al suspenderse ese plan nuevamente valió la pena hacer negocios en esta zona”, cuenta su experiencia Arek Vaknish, administrador de una sucursal de la franquicia inmobiliaria Anglo-Saxon.
A diferencia de las otras fuentes, si bien coincide en que las consultas por propiedades en Judea y Samaria aumentaron significativamente, estas demostraciones de interés no se traducen necesariamente en operaciones. “Estoy por cerrar mi primera venta en cinco meses. Si antes 1 de cada 5 interesados compraba una propiedad, hoy es 1 de cada 30”, calcula.
“Lo mismo sucede con los alquileres. Antes en una semana podía encontrar inquilino, hoy me lleva un mes, y eso que los precios son 35% más baratos que en Jerusalem”, se quejó en función de una crisis que, en definitiva, atraviesa cualquier coyuntura: la anexión en Cisjordania, el conflicto con los palestinos y las visiones ideológicas sobre los territorios que están detrás de la Línea Verde.
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