Cientos de israelíes aprovecharon las altas temperaturas y acudieron en masa a las playas de Tel Aviv durante el fin de semana, a pesar de las restricciones para combatir la propagación del coronavirus. De forma oficial las playas quedarán habilitadas a partir del día miércoles, pero la ola de calor empujó a cientos a tomar sol y refrescarse en el mar.
Inspectores municipales junto a oficiales de la policía patrullaron la costa, sin hacer cumplir las directrices y sin entregar multas. Algunas de las personas en la playa argumentaron que hacían el esfuerzo por seguir las órdenes del Ministerio de Salud destinadas a frenar la propagación de COVID-19.
“Primero nos dicen que las escuelas reabrirán el domingo, al siguiente te enteras que no”, dijo Shmuel. “También nos dicen que se puede ir a la playa, después que no. Ya no entiendo qué pretenden de mí. Me estoy divirtiendo, la gente está de vuelta en la playa, el coronavirus se terminó, eso es todo”, concluyó.
“Es una gran experiencia”, contó Tal. “Algunos inspectores pasaron dando indicaciones y diciendo que el que ingrese al agua va a recibir una multa de 500 shekels (alrededor de 140 dólares), pero no los veo escribiendo ningún acta. La situación es extraña”, evaluó.
“Los inspectores manifestaron que podemos ir a otros lugares, que esta playa está prohibida. Pero también nos dijeron que nos quedáramos”, agregó su amiga, Avigail. “Si conservamos una distancia segura entre personas, ¿cuál es el problema? Hay una ola de calor y está todo el mundo afuera. Todos van a seguir las reglas y todo va a estar bien”, sostuvo.