El Comité de Finanzas aprobó una orden firmada por Moshe Kahlon, ministro de Finanzas del gobierno anterior, para aumentar el impuesto al tabaco suelto e igualarlo con el del cigarrillo empaquetado.
Se estima que esto representará un ingreso al Tesoro cercano a los 450 millones de shekels (130 millones de dólares) y significa un nuevo paso hacia el desaliento del consumo de tabaco en todas sus formas.
Según estudios del Ministerio de Salud, desde que en Israel comenzó a gravarse el tabaco el consumo disminuyó: mientras que en 2009 un 31,9% de los mayores de 22 años declaró fumar tabaco en alguna de sus formas, este año ese porcentaje bajó a 22,7%.
Sin embargo, a la hora de diferenciar los tipos de producto, se detectó una clara relación entre la presión impositiva a cada tipo de tabaco y la tendencia de consumo. Por ejemplo: la única demanda que aumentó en estos años es la del cigarrillo electrónico, justamente la única que no tiene ningún tipo de impuesto especial.
Shira Kislev, directora de una ONG que promueve un Israel libre de humo, considera que esta medida de subir el impuesto al tabaco suelto e igualarlo al del cigarrillo “puso fin a un absurdo en el que muchos adolescentes se volcaron a comprar tabaco más barato”.
“Esta lucha está lejos de terminar porque los cigarrillos electrónicos se venden sin ningún impuesto y se convierten en el producto más barato para fumar. Los ministros de Finanzas y Salud deben actuar de inmediato para aplicar un impuesto igual que al de los cigarrillos ordinarios”, expresó Kislev.
