Desde Lev Yashin y Diego Maradona, pasando por Nachum Stelmach y Yaakov Chodorov, hasta Raúl y Cristiano Ronaldo. Esas son solo algunas de las leyendas que pisaron el césped del Estadio Ramat Gan, el más grande de Israel y cuya demolición ya fue aprobada por la Municipalidad de Ramat Gan.
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Cristiano Ronaldo en el césped del Ramat Gan en el partido contra Israel por la clasificatoria al mundial 2014
(AFP)
Inaugurado en 1950 para los Juegos Macabeos, en los papeles podía recibir 41.583 personas pero en sus años dorados llegaron a agolparse hasta 70.000 espectadores. Fue construido según el modelo soviético de la época, con una pista de atletismo alrededor, y hasta 2013 fue la sede de la selección de fútbol de Israel. En los últimos años, víctima de la falta de mantenimiento, sectores enteros fueron clausurados por razones de seguridad.
A fines de 2013 se decidió cerrar el sector de las tribunas más antiguas (de la puerta 5 a la 20) por falta de barandas, problemas en las salidas de emergencia y cemento agrietado, entre otras fallas. Desde ese momento hasta hoy no solamente se mantuvo en estado precario, sino que hay gradas que se están hundiendo producto de la infraestructura obsoleta, la lluvia y la falta de mantenimiento. Quedó utilizable solamente un sector más nuevo, inaugurado en 1984, y más que suficiente para el puñado de hinchas de Hapoel Raanana o Hapoel Ramat Gan que utilizaron el escenario hasta mayo de 2019.
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Aficionados del Maccabi Haifa en un partido por la clasificacion a la Champions League disputado en el Ramat Gan
(AFP)
El final del Estadio Nacional, como también se lo llama, se resolvió hace unos días tras una reunión en el municipio que cerró una etapa de años de especulaciones. En 2006 hubo una posibilidad de remodelar la platea oeste y construir una nueva, pero la idea quedó trunca. En 2010, cuando Avi Luzon era el presidente de la AIF, no prosperó una iniciativa para tirar abajo el estadio y construir uno nuevo con capacidad para 60.000 personas. En 2017 la Municipalidad de Ramat Gan planeó demoler el estadio y construir edificios residenciales, pero el alcalde Karmel Shama, que asumió a fines de 2018, despejó los rumores: “El Estadio Nacional es una parte de la historia de la ciudad y del deporte israelí. Por un lado está la nostalgia, y por el otro hay miles de millones que permitirían mejorar la estructura educativa, deportiva, cultural y urbana de la ciudad. La decisión no está tomada y toda teoría es mera especulación”, le dijo a Ynet en su momento.
Medio año después la decisión finalmente está tomada, aunque el destino de los terrenos sigue siendo incierto. Una opción es que allí se construya un nuevo estadio más pequeño, con capacidad para 15.000 personas. Otra idea es levantar un estadio de básquetbol y reacondicionar el estadio Winter, también de Ramat Gan, con el objetivo de ampliar su aforo. Y algunos siguen pujando para que el estadio se construya en otro sitio pero que la capacidad sea similar a la actual: entre 30.000 y 40.000 espectadores. En cualquiera de los casos, todo o parte del terreno probablemente se destine a la construcción de edificios comerciales.
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Aficionados israelies en el estadio Ramat Gan durante el partido contra Francia por las eliminatorias al mundial 2006
(AFP)
Todavía no se decidió cuándo comenzarán los trabajos de demolición. Se espera, en primer lugar, la conformación del nuevo gobierno que resultará de las elecciones de septiembre y con el que la Municipalidad de Ramat Gan deberá trabajar en conjunto. Y por otro lado, hay una promesa por cumplir: “No se va a demoler el estadio hasta que existan precisiones sobre la construcción de uno nuevo, moderno, de alto nivel, que represente y respete a la ciudad”, explicó Liad Ilani, máximo responsable del área de deportes de Ramat Gan.
First published: 14:35, 17.07.19