Pizza, hummus, pasteles y una taza de café componían el menú del martes para atraer a los israelíes a vacunarse contra el COVID-19. Sucede que, en cooperación con los restaurantes locales y con la esperanza de persuadir a los que se resisten a colocarse la inyección, Tel Aviv ofreció comida en algunos centros de vacunación.
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Una mujer recibe una rebanada de knafeh después de vacunarse contra el coronavirus en Tel Aviv.
(AFP)
Aunque Israel es uno de los líderes mundiales en ritmo de vacunación y promedio de dosis aplicadas, las autoridades todavía están preocupadas porque muchos jóvenes -menos propensos a las complicaciones generadas por el virus- se resisten a recibir el medicamento. Por eso, se instalaron los puestos de comidas que se pueden ver a la salida de algunos centros de vacunación de Tel Aviv, con la intención de motivar a más personas a acercarse.
“Hasta ahora no estábamos muy preocupados por vacunarnos, pero vinimos debido a las próximas restricción que quieren implementar contra las personas que no hayan recibido las dosis. No había muchas más opciones, y además conseguimos una pizza y un caffe”, cuenta Lizi Kritzer, trabajador municipal de 32 años.
Israel planea aliviar restricciones en empresas, hoteles y gimnasios para aquellos que estén completamente vacunados o considerados inmunes por haberse recuperado recientemente del virus. Con casi el 43% de los ciudadanos habiendo recibido al menos una inyección de la vacuna de Pfizer, Israel ha avanzado con una relajación gradual de las medidas de bloqueo impuestas el pasado 27 de diciembre.
Su ambiciosa campaña de vacunación ha convertido al país en la prueba más importante del mundo sobre la vacuna de Pfizer: los principales hospitales del país han informado una caída del 94% en los casos sintomáticos de COVID-19 entre las 600.000 personas que recibieron ambas dosis.
Eytan Schwartz, portavoz del municipio de Tel Aviv, dijo que la ciudad esperaba que la comida y la bebida ofrecidas en las estaciones de vacunación de dos centros comunitarios crearan una "atmósfera familiar" para atraer a los que dudan. "Vine hoy a vacunarme y quiero invitar a todos a hacer lo mismo”, dijo Iman Dasui, una maestra de 60 años. "Además hay knafeh... muy sabroso", añadió.