El hospital de niños Ruth Rappaport, dentro del Centro Médico Rambam de Haifa, vivió una tarde de alegría en la previa de la festividad de Purim: combatientes de las FDI se disfrazaron, realizaron una exhibición y repartieron regalos entre los pequeños pacientes.
Los niños internados en el hospital fueron invitados a una plaza y desde allí observaron con sorpresa cómo un grupo de soldados de la Policía Fronteriza y el Cuerpo de Bomberos saltaban desde los techos y bajaban por rapel disfrazados de superhéroes.
Una vez liberados de los arneses, llegó el tiempo de los abrazos, las fotografías, las muestras de cariño y el reparto de dulces y regalos. Ante la emoción de los padres y personal médico presente, antes de retirarse los soldados ingresaron al hospital para recorrer las salas de internación de niños que deben permanecer en cama y no pudieron ver la exhibición.
“Nos propusimos hacer algo feliz por Purim, es un privilegio venir hasta acá para hacer feliz a niños enfermos, y nos alegra la oportunidad que se nos dio”, expresaron los combatientes. “Devolver una sonrisa a los niños enfermos es un precepto, un mandamiento humano y moral que asumimos como parte de nuestra gratitud hacia la comunidad a la que servimos”, agregó un miembro de la unidad de bomberos.
En simultáneo, el personal médico del hospital Rambam también se llevó lo suyo: bajo el lema “Amor que vuelve”, jóvenes del movimiento HaNoar HaOved entregaron 500 regalos al personal médico y trabajadores de los centros de vacunación de Haifa.
Omer Esheul, coordinador del movimiento juvenil, resaltó que “los médicos, enfermeros y personal del hospital trabajan día y noche en una agotadora lucha por la vida de todos nosotros” y agradeció la oportunidad de “devolver aunque sea un poco el amor a quienes nos protegen en condiciones muy difíciles”.