El gobierno aprobó nuevas medidas de emergencia el martes por la noche para restringir aún más el movimiento de israelíes. Las pautas entraron en vigencia esta mañana (miércoles).
Después de llevar a cabo una teleconferencia de seis horas de duración, los ministros decidieron no permitir a los ciudadanos alejarse más de 100 metros de sus hogares, excepto para el suministro de alimentos, medicamentos y otras necesidades esenciales de mantenimiento de la casa. Además, las autoridades decidieron cerrar las sinagogas.
El transporte público se limitará aún más y los trabajadores esenciales deberán someterse a un control de temperatura al ingresar a sus lugares de trabajo.
Los supermercados y farmacias continuarán operando, así como también bancos, estaciones de servicio y otros servicios vitales.
La entrega de suministros continuará, pero los restaurantes ya no podrán realizar envíos.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, ordenó al jefe del Mossad, Yossi Cohen, establecer un centro de comando y adquirir el equipamiento necesario para satisfacer las necesidades del personal médico.
El gobierno también instruyó a las industrias de defensa de Israel a analizar la posibilidad de fabricar el equipamiento médico en el país.
Las clases remotas se reanudarán para los estudiantes de las escuelas israelíes.
Otras exenciones a las restricciones incluirán visitas al veterinario y entregas de alimentos para mascotas.
Las fuerzas de seguridad reforzaron los controles, y aquellos que violen las nuevas directivas deberán pagar una multa de 5.000 shekels, o bien recibirán una condena de hasta seis meses de prisión.
