En el contexto de la huelga general de la sociedad árabe israelí que comenzó en la mañana del martes “en solidaridad con la mezquita de Al Aqsa y los residentes del barrio Sheikh Jarrah de Jerusalem”, se desataron numerosos conflictos entre empleadores y trabajadores israelíes.
En una empresa de alimentos de Kfar Saba decenas de trabajadores les informaron a los gerentes de la empresa que no irían a trabajar porque sentían que sus vidas corrían peligro. “No me siento segura de ir y venir, tengo miedo de los disturbios en las carreteras. Si me arrojan piedras, ¿quién pagará los daños y evitará que me lastimen?”, escribió una de las empleadas árabes.
El hospital Rambam de Haifa envió una carta a su personal en la que afirma que “esta semana fue una de las más desafiantes para la sociedad israelí” y destaca que en dicha institución se fomenta la convivencia entre árabes y judíos, pero advierte que la huelga de este martes es ilegal.
“La administración del hospital no aprueba reuniones y mítines dentro del hospital sin una coordinación previa, así como la participación en huelgas que violen nuestro mandato con los pacientes. No queremos tomar medidas disciplinarias, no es nuestra manera, pero en estas circunstancias no habrá otra opción”, informaron las autoridades de Rambam.
Uno de los trabajadores del hospital manifestó que “es una pena que no comprendan nuestro dolor” y sostuvo que “la carta del hospital está fuera de lugar y demuestra que no respeta al otro”. Según la ley israelí, las huelgas deben ser declaradas por el sindicato de trabajadores de Israel con dos semanas de anticipación. De todas formas, los despidos por un día de ausencia al trabajo también son ilegales, independientemente de las circunstancias.
Lital Grosman, miembro de Médicos por los Derechos Humanos, dijo que “algunas instituciones médicas comprenden a los profesionales de la salud que se ausentaron de su trabajo, y otras demostraron menos comprensión e inclusive amenazaron con tomar medidas contra los que no asistieron al trabajo”. La activista se expresó en contra de “silenciar una protesta legítima simplemente porque no agrada al oído de los israelíes”.
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Barricada con neumáticos en llamas en la ciudad de Umm al-Fahm, en el distrito de Haifa.
Una trabajadora de la región de Wadi Ara avisó en su oficina que no iba a asistir y recibió una respuesta intimidante de su jefe. “¿Qué tiene que ver la huelga del sector árabe con el trabajo en la oficina? Gracias por el tiempo que trabajaste aquí, que tengas éxito en el futuro”, le escribió a través de WhatsApp. “El país del que eres ciudadana te dio un hogar cálido y derechos como los míos, pero tú y tu gente optaron por no integrarse. Por gente como tú seguirán siendo ciudadanos de segunda categoría”, agregó el empleador.
En otra empresa uno de los responsables del personal mandó un mensaje a toda su plantilla árabe. “No quiero revisar quién aprovechó la situación para disfrutar de un día de vacaciones, pero a partir del domingo yo me voy a ocupar de quien no se presente a trabajar. Esto tendrá consecuencias, basta, espero que mi mensaje sea claro”, amenazó.
Otro gerente de una empresa de alimentos también se despachó con un mensaje controvertido. “Lo intentamos por las buenas y veo que el tema derivó en direcciones incorrectas. Solamente tengan en cuenta una cosa: si alguien no viene a trabajar mañana será considerado como una renuncia. El que quiera desafiarme desde lo legal está bien, que haga una huelga y soporte las consecuencias”, escribió en el grupo de WhatsApp de la firma.
Una trabajadora árabe avisó en su oficina que no iba a asistir y recibió una respuesta intimidante de su jefe: "Gracias por el tiempo que trabajaste aquí, que tengas éxito en el futuro”.
Personal docente árabe criticó al Ministerio de Educación que pidió a las instituciones educativas que informe “una lista de los maestros que no participaron en la jornada de educación a distancia” en diferentes ciudades árabes. “Solamente buscan debilitar la huelga. Yo no trabajé, que hagan lo que quieran, el Ministerio no nos dirá qué hacer, no tenemos miedo y si se toman medidas en nuestra contra nos ocuparemos de ellos en cada instancia legal”, afirmó uno de los maestros del sector.
“Si fuera una huelga de judíos no se enviarían esos mensajes a las escuelas. Tenemos derecho a participar de una huelga, el anuncio del Ministerio de Educación es simplemente decepcionante”, agregó otro docente árabe israelí.
Roi Gutman, defensora especialista en derecho laboral, explicó que “el deber básico de un empleado es reportarse al lugar de trabajo y no tiene la libertad de decidir cuándo ir y cuándo no”, aunque aclaró que “una ausencia aislada aunque sea ilegítima no puede provocar una decisión disciplinaria drástica que corte una fuente de sustento”.